El Parque Nacional de DoƱana es uno de los espacios naturales mĆ”s importantes de EspaƱa y del mundo, conocido por su extraordinaria biodiversidad y diversidad de ecosistemas. Los ecosistemas de DoƱana varĆan desde marismas y lagunas hasta bosques y dunas en movimiento, lo que le otorga un valor ecológico Ćŗnico. Su ubicación en la desembocadura del rĆo Guadalquivir y su proximidad al ocĆ©ano AtlĆ”ntico han forjado paisajes Ćŗnicos en los que habitan especies emblemĆ”ticas como el lince ibĆ©rico y el Ć”guila imperial.
En este artĆculo, vamos a analizar exhaustivamente los ecosistemas de DoƱana, sus caracterĆsticas y la importancia que tienen no solo para la biodiversidad local, sino tambiĆ©n para la conservación global de varias especies amenazadas.
Singularidad de los ecosistemas de DoƱana

Lo que hace único al Parque Nacional de Doñana es la sorprendente variedad de sus paisajes y la diversidad de flora y fauna que se encuentra en ellos. Aparte de las marismas, el parque también alberga playas, dunas móviles, bosques de pinos y enebros, y Ôreas conocidas como corrales. Estos últimos son pequeñas zonas con vegetación que se encuentran entre las dunas y son esenciales para la biodiversidad local.
Las marismas ocupan la mayor extensión del parque, cubriendo casi 27,000 hectĆ”reas. Se trata de Ć”reas inundables cuya estacionalidad depende de las lluvias y de los rĆos circundantes como el Guadalquivir. Durante el otoƱo, las marismas comienzan a llenarse con las primeras lluvias, alcanzando su mĆ”xima extensión en invierno. En primavera, el paisaje cambia radicalmente cuando las aguas se llenan de flores de Ranunculus y grandes extensiones de vegetación acuĆ”tica como la castaƱuela y el bayunco. Finalmente, en verano, las marismas suelen secarse por completo, transformĆ”ndose en una vasta extensión de arcilla agrietada.
Existen dos tipos principales de marisma en DoƱana:
- Marisma dulce: Estas Ɣreas tienen mayor profundidad, retienen agua durante mƔs tiempo y presentan menor salinidad, lo que favorece el crecimiento de plantas como la castaƱuela (Scirpus maritimus) y el bayunco (Scirpus littoralis).
- Marisma salada: En contraste, las marismas saladas son menos profundas y presentan una mayor concentración de sal debido a su exposición prolongada al sol. Aquà predominan plantas halófilas como el almajo salado (Arthrocnemum macrostachyum) y el almajo dulce (Suaeda vera).
Este mosaico de marismas se convierte en un crucial punto de crĆa y paso migratorio para miles de aves acuĆ”ticas que viajan entre Europa y Ćfrica.
Playas y dunas

Uno de los aspectos mÔs llamativos del Parque Nacional de Doñana es su sistema de dunas móviles. Las playas se extienden desde Mazagón hasta la desembocadura del Guadalquivir, formando un frente costero dinÔmico que se va modificando constantemente debido a los vientos del suroeste. Este proceso crea dunas que avanzan hacia el interior, transportando arena desde la costa hacia los bosques de pinos y enebros en el parque.
Las dunas móviles son ecosistemas Ćŗnicos, con especies de vegetación pionera capaces de resistir la salinidad y la aridez del entorno costero, como la clavelina (Armeria pungens) y la siempreviva (Helichrysum picardii). En las dunas mĆ”s estables, mĆ”s alejadas del mar, encontramos otras especies como el enebro marĆtimo (Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa) y el pino piƱonero (Pinus pinea).
AdemÔs, algunas Ôreas de dunas estÔn salpicadas por «corrales» de vegetación. Estos son pequeños enclaves donde las plantas logran resistir el avance de las dunas, formando pequeños bosquecillos. Estos corrales pueden llegar a estar acompañados por pequeñas lagunas temporales en las que se desarrollan comunidades vegetales particulares, como juncales.
Este sistema dunar es uno de los mejor conservados de Europa, y su movimiento es constante, con velocidades de desplazamiento que pueden alcanzar hasta 6 metros por aƱo.
La vera: el ecotono entre la marisma y los bosques
Entre las marismas y los bosques de DoƱana encontramos un ecosistema de transición conocido como la vera. Esta franja de terreno, que puede medir entre 200 y 1500 metros de ancho, experimenta una mezcla de caracterĆsticas de ambos ecosistemas, siendo un punto de gran biodiversidad.
La vera es una zona donde la humedad se filtra desde las arenas hacia las arcillas, creando condiciones óptimas para el crecimiento de carrizales y pastizales. Esta Ć”rea es utilizada por diversas especies como refugio en Ć©pocas de sequĆa, ya que permite la aparición de pequeƱos manantiales o Ā«ojosĀ» de agua subterrĆ”nea. AquĆ, especies vegetales de los dos ambientes se superponen, maximizando la diversidad botĆ”nica.
La vera es particularmente importante para herbĆvoros como ciervos y jabalĆes, que la utilizan como abrevadero durante los meses mĆ”s secos, asĆ como para carnĆvoros que dependen de estas presas. AdemĆ”s, grandes colonias de aves como cigüeƱas y garzas utilizan la vera para construir sus nidos, atraĆdas por la abundancia de alimento en la zona.
El monte y los cotos
Tierra adentro, los ecosistemas de monte blanco y monte negro cubren vastas Ôreas del parque. El monte blanco se compone principalmente de arbustos de tamaño medio que crecen en suelos arenosos y elevaciones mÔs altas, donde el nivel freÔtico estÔ mÔs alejado. Las especies predominantes aquà incluyen jara (Halimium halimifolium), romero (Rosmarinus officinalis) y lavanda (Lavandula stoechas).
Por otro lado, el monte negro se encuentra en Ôreas de menor elevación, mÔs cercanas al nivel freÔtico, y estÔ dominado por especies mÔs robustas como brezos (Erica spp.) y lentiscos (Pistacia lentiscus).

Estos ecosistemas son el hogar de algunos de los animales mÔs emblemÔticos de Doñana, como el lince ibérico (Lynx pardinus) y el Ôguila imperial ibérica (Aquila adalberti), ambos en peligro de extinción.
Funciones de los ecosistemas de DoƱana
La función ecológica de cada uno de estos ecosistemas es vital no solo para la fauna que habita en ellos, sino tambiĆ©n para el clima y el equilibrio natural de la región. Las marismas, por ejemplo, actĆŗan como reguladores hĆdricos, reteniendo agua en las Ć©pocas de lluvia y liberĆ”ndola lentamente para mantener los niveles freĆ”ticos del parque.
Por otro lado, las dunas y playas protegen el interior del parque de la erosión costera y actúan como barreras naturales contra las tormentas y la acción del viento. La vegetación que crece en ellas estabiliza el suelo y evita la desertificación. AdemÔs, los bosques de pinos y enebros mejoran la calidad del aire, capturando CO2 y ayudando en la lucha contra el cambio climÔtico.

En Doñana también se encuentra una abundante fauna acuÔtica en lagunas y caños, destacando especies como el calamón común (Porphyrio porphyrio), el Ônade azulón (Anas platyrhynchos), y flamencos rosados (Phoenicopterus ruber), que encuentran en estas masas de agua el refugio perfecto durante sus migraciones.
La protección de DoƱana es crucial para la conservación de todas estas especies. Actividades humanas como la agricultura intensiva, la sobreexplotación de acuĆferos y la contaminación siguen siendo amenazas latentes para la integridad ecológica del parque.
Con sus mÔs de 300.000 hectÔreas, Doñana es una verdadera joya ecológica que exige una gestión rigurosa y consciente para garantizar su preservación en las generaciones venideras. Su complejidad ecológica, la diversidad de sus paisajes y su rol fundamental en la conservación de especies amenazadas subrayan la necesidad de mantener vigentes y mejorar las medidas de protección sobre el parque.
AsĆ, DoƱana sigue siendo un referente en conservación, diversidad paisajĆstica y refugio de especies, manteniendo un papel hĆbrido entre estado natural y Ć”rea influenciada por las actividades humanas.