Descubierto un ecosistema abisal autónomo que desafía el modelo tradicional de vida marina

  • Identificada una comunidad abisal que obtiene energía de reacciones químicas y no del sol.
  • El hallazgo reconfigura el concepto de ecosistema en profundidades extremas del océano.
  • Microorganismos generan metano y sustentan vida a casi 10.000 metros de profundidad.
  • El estudio abre nuevas vías para explorar el origen y los límites de la vida en la Tierra y otros planetas.

Imagen de ecosistema abisal

El fondo marino alberga algunos de los entornos más desconocidos y extremos de nuestro planeta. Allí, donde la oscuridad es absoluta, la presión resulta casi inimaginable y las temperaturas rozan el punto de congelación, la supervivencia parece imposible. Sin embargo, recientes investigaciones han revelado la existencia de un ecosistema autosuficiente y sorprendentemente diverso que prospera a casi 10.000 metros bajo la superficie del agua. Este descubrimiento está cambiando por completo la manera en la que entendemos los mecanismos de la vida en las zonas más profundas de los océanos.

Hasta hace poco, los modelos más aceptados consideraban que la vida en las profundidades dependía casi exclusivamente de los restos orgánicos que caen desde las capas superiores del mar. Sin embargo, el hallazgo de comunidades que no reciben prácticamente ningún recurso de la superficie convierte a estas regiones abisales en auténticos laboratorios para descubrir formas de vida capaces de aprovechar fuentes de energía alternativas.

Nuevas formas de vida en entornos extremos

Ecosistema extremo abisal

Un equipo del Instituto de Ciencia e Ingeniería de las Profundidades Marinas de la Academia China de Ciencias ha identificado la comunidad de organismos quimiosintéticos más profunda conocida hasta ahora. Gusanos tubícolas, moluscos bivalvos y otros invertebrados se desarrollan de forma activa en el fondo de las fosas Kuriles-Kamchatka y de las Aleutianas, en el Pacífico Norte. Lo realmente fascinante de este ecosistema es que extrae su energía directamente de compuestos como el metano y el sulfuro de hidrógeno, altamente tóxicos para la mayoría de seres vivos, mediante un proceso denominado quimiosíntesis. Esto significa que, en vez de depender de la luz solar y la fotosíntesis, son microorganismos los que transforman sustancias químicas inorgánicas en energía útil, sirviendo de base para toda la cadena trófica.

Una biosfera autónoma alimentada desde el subsuelo

Para poder acceder y analizar este ecosistema remoto, los investigadores emplearon un sumergible tripulado de tecnología punta llamado Fendouzhe, diseñado especialmente para soportar la presión extrema a grandes profundidades. Gracias a este vehículo, se estudiaron más de 2.500 kilómetros de lecho oceánico. Los registros tomados demuestran que el metano presente en estas zonas no proviene de descomposición superficial, sino que es generado por microorganismos que habitan todavía más abajo, en las capas profundas del sedimento marino. Estos microbios metabolizan dióxido de carbono y lo transforman en compuestos energéticos, construyendo así un ecosistema completamente autosuficiente que no depende del aporte de materia desde las capas superiores del océano.

Esta visión repentina obliga a replantear el ciclo del carbono y la influencia de los ecosistemas abisales en la regulación del clima global. La actividad de los organismos quimiosintéticos podría estar desempeñando un papel mucho más relevante del que se creía hasta ahora en el equilibrio del planeta.

seres vivos
Artículo relacionado:
Biocenosis: Qué es, factores, fluctuaciones y ejemplos

Implicaciones para el estudio de la vida en el universo

Los resultados obtenidos por el programa internacional de exploración GHEP (Global Hadal Exploration Programme), liderado por este equipo científico, plantean interrogantes apasionantes acerca de los límites de la vida y su posible existencia fuera de la Tierra. Si formas de vida complejas pueden prosperar en total oscuridad, alimentándose únicamente de reacciones químicas bajo condiciones extremas, no resulta descabellado imaginar que procesos similares puedan ocurrir en los océanos subterráneos de lunas como Encélado o en los subsuelos de Marte.

La investigación de estos ecosistemas abisales no solo nos ayuda a comprender mejor nuestra propia biosfera, sino que también sienta las bases para futuras expediciones en busca de vida en otros planetas y satélites del Sistema Solar. El hallazgo de comunidades autónomas a semejantes profundidades continúa revelando una capacidad de adaptación y supervivencia fuera de lo común, obligando a revisar los modelos científicos clásicos y a abrir nuevas vías de investigación sobre la vida en los lugares más remotos del planeta y quizá, del cosmos.

animales raros en el mar
Artículo relacionado:
Los animales más raros en el mar: Características y curiosidades