Las renovables continúan avanzando en competitividad en los mercados mundiales gracias a que cada vez sus costes son más bajos y su rendimiento es mayor. El reto que tienen las energías renovables ahora es mejorar y diseñar sistemas de almacenamiento que las hagan capaces de poder integrarlas en la red eléctrica de una forma eficiente y de una manera fácil.
Como se sabe de haber hablado en otras ocasiones, el almacenamiento de las energías renovables es costoso y muy difícil. Estas energías pueden llegar a producir un rendimiento casi igual que el de los combustibles fósiles, sin embargo, no pueden almacenarse ni transportarse a lugares lejanos a su producción. ¿Qué pretende hacer el mundo ante este desafío?
El éxito de las renovables
Las energías renovables no se limitan solo a la generación de energía eléctrica, sino que también permite la generación de calor o de combustibles. Estas aplicaciones hacen que este tipo de energía limpia gane competitividad y encabece el mercado mundial de la energía. Tenemos que tener en cuenta que las energías renovables cuentan con las ventajas ambientales de no contaminar, ayuda a luchar contra el cambio climático, no emite gases, etc.
Ya no resulta raro escuchar que el precio de la luz sube porque “no ha soplado el viento” o porque “no ha salido el sol”. Por ello, este éxito de las renovables ha sido innegable, a pesar de que han pasado pocos años. Hoy día, para muchas empresas, optar por las energías renovables es casi más barato que optar por los combustibles fósiles, y a la larga, sale más rentable y respeta el medioambiente.
Las cifras hablan por sí solas. La energía eólica y la solar fotovoltaica siguen aumentando su potencia instalada. En 2015, representaron cerca del 77% de las nuevas instalaciones a nivel mundial, mientras que la hidroeléctrica era predominante en el 23% restante. Este desarrollo ha sido posible gracias al abaratamiento de estas tecnologías, capaces de generar electricidad a un coste (€/kWh) inferior a casi todos los sistemas convencionales.
Un reto en el futuro
El gran reto que tienen las renovables en el futuro es, sin lugar a dudas, la gestionabilidad y su almacenamiento. La electricidad generada a través de fuentes renovables no puede ser almacenada con un coste razonable, sino que tiene muchas barreras. Como no es sencillo ni económico almacenarla directamente como electricidad, es necesario convertirla en energía mecánica(bombeo de agua, volantes de inercia…), química (baterías, combustibles…) o electromagnética (supercondensadores) para, después, volver a transformarla.
Por ello, el reto de los científicos e ingenieros de todo el mundo es buscar una forma de poder almacenar la energía.