Cuba avanza a otros derroteros y esa apertura ha conseguido que incluso podamos estar hablando de su apuesta por las energías renovables cuando hacía años que no lo hacíamos. Así que podemos sumar a otro país que se toma en serio la independencia energética en una fuente energética limpia que esté acorde con el entorno y mundo en el que vivimos.
Cuba comenzó la construcción de 59 parques solares fotovoltaicos con la idea de reducir la dependencia de los combustibles fósiles e idear otros páramos en el que la energía limpia sea el principal atractivo para el consumo eléctrico.
De los 59 parques solares, 33 deberían de terminarse en este mismo año para ir al mismo tiempo en sincronía con el sistema energético nacional. Estos aportarán 59 megavatios, lo que es el equivalente a la mitad de una planta energética convencional.
Se desconoce actualmente donde irán colocados esos parques solares, aunque ya han comenzado con la infraestructura para ir abriéndose paso en los terrenos y así iniciar prontamente la construcción de los mismos.
Cuba quiere ser partícipe de esos objetivos mundiales para avanzar hacia la disminución de gases invernadero a la atmósfera, por lo que el aprovechamiento de la energía solar, una de las fuentes renovables más prometedoras de este país, es un objetivo esencial para cambiar el paradigma de la energía en todo el territorio nacional.
El promedio que recibe Cuba de radiación solar es de más de 1.800 kilovatios por metro cuadrado al año, unas cifras que colocarían a este país caribeño como una de las potencias energéticas si se aprovechara de ello.
No solamente se quedará en la utilización de la energía solar, sino que ya se anunció en septiembre de 2016 que tiene planes para construir siete parques eólicos en la región oriental con la ayuda de la empresa española Gamesa. En total serían unos 750 megavatios más al sistema.
Actualmente sólo el 4% de la electricidad generada proviene de fuentes renovables. El objetivo es llegar al 24% para el 2030.