Aunque nuestro planeta se llame Tierra, no debemos olvidar que los océanos representan más del 70% de la superficie terrestre y albergan el 97% de todo el agua existente. Además, son el hogar de una vasta cantidad de flora y fauna. Estas masas de agua salada son esenciales para miles de especies de bacterias, microorganismos, animales y vegetales. El ser humano también depende en gran parte de los océanos, ya que son una fuente inagotable de recursos naturales, desde alimentos hasta energía y minerales. Lamentablemente, la expansión de la actividad humana ha generado lo que conocemos como contaminación marina.
Esta grave problemática se deriva de la expulsión de productos químicos, plásticos y residuos sin control que alteran el equilibrio de estos ecosistemas. En este artículo, te explicaremos con detalle qué es la contaminación marina, sus causas y cómo afecta a nuestro entorno.
Qué es la contaminación marina
El océano es clave para la biodiversidad terrestre. Durante siglos, los humanos han utilizado el mar como fuente de recursos y como vertedero para diferentes desechos. Esto ha llevado a la destrucción de hábitats y la alteración de diversas cadenas tróficas.
La contaminación marina se puede definir como la introducción de agentes físicos, químicos o biológicos en los ecosistemas acuáticos, que provocan una degradación significativa del equilibrio natural. Estos agentes suelen provenir directamente de la actividad humana, como vertidos de pesticidas, herbicidas y fertilizantes provenientes de la agricultura, así como desechos industriales. Estos contaminantes afectan, de manera directa, la salud y bienestar de las especies marinas y, en consecuencia, de todos los seres que dependen del ecosistema oceánico, incluidos los humanos.
Los contaminantes no solo se dispersan, sino que se acumulan en las aguas y en los organismos, afectando tanto a las especies que viven en las aguas superficiales como a las que habitan profundidades tan apartadas como la fosa de las Marianas.
Causas de la contaminación marina
Existen diversas fuentes que causan contaminación marina, y la mayoría se deriva directa o indirectamente de la actividad humana. Es importante identificar las principales causas para abordar el problema de manera adecuada.
Plaguicidas y herbicidas
En la agricultura moderna, el uso de plaguicidas y herbicidas es común para maximizar el rendimiento de los cultivos. Sin embargo, estos productos químicos terminan contaminando las corrientes de agua y, eventualmente, llegan al océano. Una vez en el agua, estos químicos afectan el ciclo de vida de organismos vegetales como el fitoplancton y las algas, provocando un déficit de oxígeno disuelto. El peligro radica en la acumulación de estos contaminantes en los tejidos de los organismos marinos, lo que altera las cadenas alimentarias y, en el peor de los casos, afecta al ser humano cuando consume productos del mar.
Fertilizantes y detergentes
El uso excesivo de fertilizantes en la agricultura también contribuye al problema mediante un proceso conocido como eutrofización. Los fertilizantes que llegan a los cuerpos de agua, al contener altos niveles de nutrientes como nitrógeno y fósforo, provocan un crecimiento desmesurado de algas. Esto crea una capa de biomasa sobre la superficie marina, impidiendo la entrada de luz solar y reduciendo el oxígeno disponible, lo que lleva a la creación de zonas muertas.
Los detergentes que llegan al mar a través de las aguas residuales también contienen compuestos químicos nocivos, lo que agrava la contaminación.
Productos químicos e hidrocarburos
Los productos químicos industriales, incluidos los metales pesados como el mercurio y el plomo, son vertidos en los océanos de manera directa o indirecta. Estos químicos no solo causan la muerte inmediata de organismos por envenenamiento, sino que también pueden provocar mutaciones genéticas y otros efectos negativos a largo plazo.
Los hidrocarburos, por su parte, son una de las formas más visibles de contaminación marina. Los derrames de petróleo y otros productos derivados del petróleo asfixian a los organismos marinos, impidiendo la entrada de luz solar y daño a los sistemas biológicos de las especies afectadas.
Aguas residuales y plásticos
Las aguas residuales que son arrojadas al mar sin un proceso adecuado de tratamiento también representan una amenaza. Estas aguas pueden contener materia orgánica, residuos químicos y hasta patógenos, provocando la proliferación de bacterias y la descomposición de los ecosistemas acuáticos.
Por otro lado, los plásticos son uno de los elementos más perjudiciales. Debido a su lenta descomposición, estos contaminantes permanecen en el océano durante décadas. Los plásticos pueden provocar lesiones, malformaciones o incluso amputaciones en los animales marinos. Además, los microplásticos, que se generan por la fragmentación de los plásticos más grandes, son ingeridos por numerosas especies, con consecuencias potencialmente letales, incluido el ser humano.
Consecuencias de la contaminación marina
Las consecuencias de la contaminación marina son devastadoras, tanto para la fauna y la flora de los océanos como para el ser humano. Vamos a desglosar algunas de las principales.
Pérdida de biodiversidad
La contaminación no solo afecta a las especies de manera individual, sino que desestabiliza los ecosistemas en su conjunto. Cuando los productos químicos o plásticos se introducen en el mar, muchas especies no pueden adaptarse o sobrevivir. Esto tiene un efecto en cadena, afectando no solo a especies depredadoras o presas, sino al equilibrio general del ecosistema marino.
Acumulación de sustancias tóxicas en la cadena alimentaria
Muchos de los contaminantes que se vierten en el mar se introducen en la cadena alimentaria marina. Los metales pesados y otros elementos químicos tóxicos se acumulan en los tejidos de los organismos vivos, provocando la biomagnificación a lo largo de la cadena alimentaria. El mercurio, por ejemplo, es absorbido por pequeños organismos marinos y, al pasar de una especie a otra, se concentra en niveles peligrosos en los peces más grandes que, en última instancia, acaban en los platos de los consumidores humanos.
Efectos sobre la salud humana
El consumo de productos marinos contaminados puede tener consecuencias graves para la salud humana. Se han detectado efectos adversos en el sistema nervioso, el desarrollo fetal y la reproducción, causados por la exposición a los metales pesados presentes en los peces contaminados, como el pez espada o el atún.
Acidificación de los océanos
La liberación de dióxido de carbono (CO2) por actividades humanas también contribuye indirectamente a la contaminación marina. Los océanos actúan como sumidero natural de CO2, pero al absorber tanto gas, sus aguas se acidifican. Esto afecta a organismos como los corales y las conchas de los moluscos, debilitándolos y comprometiendo su supervivencia.
La acidificación de los océanos es un proceso devastador que también pone en riesgo la biodiversidad marina a largo plazo.
Otras causas y amenazas emergentes
Además de los productos y elementos ya mencionados, existen otras formas de contaminación que afectan a la vida marina y que requieren atención urgente. La contaminación acústica, causada por el tráfico marítimo y las actividades industriales, afecta directamente a los mamíferos marinos como los delfines y las ballenas, cuya ecolocalización se ve gravemente alterada. Esto provoca desorientación y cambios en sus patrones migratorios.
Asimismo, la minería submarina y los desechos farmacéuticos representan amenazas emergentes que hasta ahora han sido poco abordadas. La minería submarina libera sedimentos y metales pesados, mientras que los residuos farmacéuticos alteran el metabolismo de los organismos marinos.
Por último, el cambio climático actúa como un factor multiplicador de los efectos de la contaminación marina, exacerbando las consecuencias ya mencionadas.
La contaminación marina es uno de los problemas ambientales más urgentes de nuestra era. Afecta tanto a la vida marina como a los seres humanos que dependen de los océanos para su sustento. Enfrentar esta crisis hará necesario un esfuerzo global concertado entre gobiernos, industrias y ciudadanos. Reducir el uso de plásticos, mejorar los sistemas de tratamiento de residuos y adoptar energías sostenibles son pasos clave para mitigar este grave problema ambiental.