El amianto es una sustancia altamente tóxica para los humanos. Dependiendo de factores clave como la cantidad de partículas de amianto inhaladas, la duración de la exposición al material o el tipo específico de amianto, puede provocar enfermedades graves como asbestosis, cáncer de pulmón o pleural, etc. En este sentido, es importante identificarlo para evitar problemas. Muchas personas no saben cómo reconocer el amianto.
Por ello, vamos a dedicar este artículo a contarte todo lo que necesita saber para aprender cómo reconocer el amianto y evitar sus peligros.
Características principales
Antes de aprender cómo reconocer el amianto, debemos conocer cuáles son sus características. En cuanto a sus propiedades, su resistencia al calor, a la abrasión y su flexibilidad lo convierten en un material adecuado para su uso como material aislante en la industria textil y en muchos otros campos. Los riesgos patógenos del asbesto se conocen desde hace muchos años debido a su presencia a largo plazo en el tejido pulmonar y los estudios han demostrado que altera la actividad mucociliar del huésped, la activación de los macrófagos y la liberación de mediadores inflamatorios, y está asociado con el humo del tabaco. En cuanto a su potencial cancerígeno, incluso se ha relacionado con ciertos virus.
El amianto es un mineral que se conoce desde la antigüedad. Múltiples referencias históricas dan fe de ello. Se encontró en cerámica finlandesa que data de hace 4.500 años; algunos dicen que fue la mecha de la diosa Atenea en el siglo V a. C. Hecho de asbesto. Dadas las propiedades del asbesto, es muy utilizado en diversos campos de la vida, su consumo ha alcanzado un alto nivel en las últimas décadas, y en la actualidad se conocen más de tres mil aplicaciones, pero además de su enorme utilidad, aumenta el riesgo significativo de causar la enfermedad directa o indirectamente, especialmente a largo plazo, debido a su período de incubación de más de dos décadas.
Propiedades del amianto
Los asbestos son silicatos de hierro, sodio, magnesio y calcio con una estructura cristalina dispuesta en fibras muy finas que se combinan para formar fibras (fibras: mayores de 5 micras de longitud, menores de 3 micras y mayores de 3 micras de diámetro). /diámetro ).
Tienen una densidad relativa de unos 2,5 y un punto de fusión superior a los 1.000 ºC. Por su composición química, son minerales termorresistentes (se destruyen a temperaturas superiores a los 800 ºC).
Son resistentes a los álcalis (crisotilo) ya los ácidos (especialmente amosita y crocidolita), por lo que estos últimos se utilizan como aislantes en la industria. Las fibras de crisotilo son flexibles (utilizadas en la industria textil); las fibras de anfíboles son más frágiles. Son ignífugos e insolubles, tienen una gran resistencia eléctrica y al desgaste, por lo que se consideran indestructibles.
Peligrosidad
Cuando se inhalan, las fibras de asbesto pasan por el tracto respiratorio, mientras que las que pasan por el sistema mucociliar ingresan a los alvéolos, donde pueden ser fagocitadas por los macrófagos, eliminadas por los vasos linfáticos o tener efectos fibróticos o cancerígenos.
Los diferentes tipos de fibras de asbesto tienen diferentes propiedades físicas y químicas que determinan el riesgo de enfermedades. La toxicidad de las fibras de asbesto está relacionada con la estructura de sus fibras, ya que el asbesto molido no causa enfermedades.
Debido al riesgo de desarrollar enfermedades, tanto la intensidad como la duración de la exposición son importantes. Investiga los umbrales de carrera cuando busca umbrales de carrera, por debajo de los cuales no hay riesgo. Existen normas laborales para turnos y concentración de fibra en el ambiente.
La capacidad de las fibras de amianto para producir patología parece depender de su diámetro aerodinámico, longitud y tiempo de residencia en el tejido. Las fibras de mayor diámetro se depositan en la nariz, la tráquea y los grandes bronquios y son eliminadas por el sistema mucociliar. Los de menor diámetro, progresivos, llegan a los bronquiolos respiratorios.
Cómo reconocer el amianto
Técnicamente, el asbesto está compuesto de minerales de asbesto. Estos elementos cuentan con fibras largas que son lo suficientemente flexibles como para torcerse juntas. Es un material resistente a todo tipo de medios externos, incluido el fuego. Sin embargo, una persona que no sepa qué es el amianto en el hogar puede identificar fácilmente su presencia. Basta con mirar la fecha de cualquier chapa de hierro corrugado: si es anterior a 2021, entonces es probable que sea amianto, ya que antes era el material más utilizado.
Otro método similar es comprobar la documentación de la tapa o el techo. En algunos inmuebles, el propietario es auto-entrega, sin embargo, siempre puedes hacer tu pedido. El propio documento indicará si la pieza en cuestión contiene amianto. Si no obtiene la documentación, siempre puede mirar directamente al techo o la inscripción en el techo. Si aparece la sigla NT («Nueva Tecnología»), significa que no contiene amianto, sino fibras de vidrio.
Otra buena manera de identificar el asbesto es por color. Se pueden distinguir los siguientes supuestos:
- Blanco. Es el más común, generalmente en forma de crisotilo. Abunda en techos, paredes y suelos. Como buen aislante, también es fácil de encontrar en plomería, plomería y electrodomésticos, así como en juntas y sellos de calderas.
- Marrón. Es mineral de hierro y es común en los tableros de cemento. Otros lugares en los que puede aparecer son en tuberías, paneles aislantes, tejas y elementos especialmente diseñados para el aislamiento térmico.
- Azul. Es típico de la crocidolita, un elemento aislante común para las máquinas de vapor. Otros usos potenciales de este material se pueden encontrar en plásticos, productos de cemento, tuberías y recubrimientos por aspersión.
- Gris opaco o verde. Probablemente provino de una caja de piedra de Chiba. Aunque se distribuye en cantidades limitadas, también se utiliza en productos de aislamiento y materiales de construcción.
- Verde, o transparente. Pertenecen a dos minerales químicos, la tremolita y la actinita, que son muy comunes en la construcción con asbesto.
Otra manera fácil de averiguar si tiene asbesto es recolectar una pequeña muestra y enviarla a un laboratorio para su análisis. Este es un método altamente confiable porque está respaldado por la ciencia de laboratorio, aunque es más peligroso porque tiene más exposición a la sustancia.
Se puede inferir que el procedimiento más seguro y menos peligroso es acudir a un profesional. Por eso, si tienes la más mínima sospecha de encontrar amianto durante la reforma de tu casa, no pierdas ni un minuto y contacta con un experto lo antes posible. Cuando están equipados con ropa y herramientas adecuadas, son los únicos capaces de manejar esta sustancia.
Básicamente, lo que hará un profesional es retirar todas las estructuras impregnadas con este material. Debe hacerse de forma específica, almacenarse en una bolsa de seguridad sellada, y debe transportarse a un vertedero autorizado.
Recuerda no tocar nada que contenga amianto sin el equipo adecuado, ya que estas partículas se dispersan fácilmente y permanecen en la atmósfera por largos períodos de tiempo. Por lo demás, debemos seguir reemplazando los elementos retirados por otras piezas fabricadas con materiales menos contaminantes, ya sean estos naturales o sintéticos.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre cómo reconocer el amianto y sus características.