La compañía china State Grid, bajo el control de la red eléctrica de China, ha propuesto la creación de una red global de electricidad que aspira a ser la herramienta principal en la lucha contra la polución y el cambio climático. Este ambicioso proyecto está valorizado en 50 billones de dólares y se planea que esté completamente operativo en 2050.
La red global propuesta por China utilizará tecnología avanzada para aprovechar fuentes de energía renovables como la solar y la eólica, dos tecnologías que ya han experimentado un crecimiento sin precedentes en el país asiático. De hecho, el plan encuentra su base en el éxito de China como uno de los mayores productores de estas energías renovables.
Colaboración internacional clave
El proyecto ya está recibiendo apoyo internacional. State Grid ya ha firmado memorándums de entendimiento con empresas energéticas clave de todo el mundo, incluidas la rusa Rosseti, Electric Power de Corea y Softbank Group de Japón. Esta alianza estratégica crea un sólido respaldo multinacional para el desarrollo de la infraestructura más grande jamas planeada.
El objetivo es interconectar las redes eléctricas de todas las regiones del mundo para facilitar la distribución y uso de energías renovables. Según Liu Zhenya, presidente de State Grid, el planeta enfrenta tres grandes desafíos: la escasez de energía, la polución ambiental y el cambio climático, desafíos que esta red global está destinada a neutralizar.
Tecnologías avanzadas: clave para una transición eficiente
Liu subraya que las smart grids (redes inteligentes), las líneas de transmisión de ultra alta tensión (UHV) y las energías limpias son elementos fundamentales para lograr un sistema energético sostenible, económico y eficiente. Las redes inteligentes permitirán una gestión más eficiente de la energía renovable.
La tecnología UHV será clave para transportar grandes cantidades de energía a largas distancias sin pérdidas significativas. Esto resulta crucial para aprovechar el potencial de las energías eólica y solar generadas en regiones remotas y transportarlas a través de largas distancias hacia áreas con alta demanda energética.
Además, el uso de energías limpias podría reducir drásticamente la dependencia de los combustibles fósiles. Zhenya menciona que, con la implementación de la red global, hasta el 80% del consumo energético mundial podría provenir de fuentes renovables.
China: líder mundial en energías renovables
China se ha posicionado como el mayor país del mundo en capacidad de generación de energía solar y eólica, cifras que respaldan la propuesta de la red global. En 2023, China instaló una capacidad récord de 230 GW en energías renovables, más del doble que la suma de las instalaciones de Estados Unidos y Europa juntas.
Esta inmensa capacidad ha permitido que las renovables superen a los combustibles fósiles en términos de capacidad instalada en China durante los primeros seis meses de 2024. Se proyecta que para el final de 2024 la capacidad renovable alcance el 40% del total del país, mientras que la participación del carbón caería por debajo del 37%.
El gobierno chino ha dejado clara su intención de alcanzar la neutralidad de carbono para 2060, y ha proyectado que la incorporación masiva de energías renovables será el motor clave para alcanzar este objetivo. Además, se espera que las nuevas subvenciones a los sistemas de almacenamiento de energía permitan una mayor integración de energía solar y eólica.
Desafíos institucionales y barreras económicas
De acuerdo con Xue Jiancong, portavoz de China Merchants New Energy Group, el principal desafío para llevar a cabo este proyecto no radica en la tecnología, sino en la complejidad política y económica de coordinar a los diferentes países. A pesar de esto, Jiancong considera que «es un plan brillante» que, aunque encontrará dificultades durante su construcción, sigue siendo posible.
David Sandalow, exfuncionario de energía en los Estados Unidos, también destaca que este proyecto plantea una pregunta abierta a los gobiernos nacionales sobre cómo podrían colaborar ante una idea tan revolucionaria. Las políticas nacionales y los intereses económicos podrían suponer uno de los mayores obstáculos para la implementación de esta red a escala global.
Una alternativa para la venta de excedentes
Otro aspecto importante que han destacado los analistas es que esta red no solo beneficiaría a los países desarrollados, sino que también ofrecería una oportunidad a los países en vías de desarrollo. Estas naciones podrían vender su excedente de energía renovable a cualquier país del mundo conectado a la red, lo que permitiría una distribución más equitativa y eficaz de los recursos energéticos.
Al igual que en China, donde la inversión en renovables ha permitido superar la capacidad de generación en comparación con los combustibles fósiles, otros países podrían utilizar esta red como una fuente de ingresos adicional vendiendo su excedente.
El éxito de la interconexión mundial dependerá en gran medida de las políticas de los gobiernos nacionales, quienes deberán trabajar en conjunto para establecer un marco regulador que permita una integración efectiva de las redes eléctricas internacionales.
Este proyecto, impulsado por la ambición de China de liderar la revolución de las energías renovables, podría marcar un antes y un después en la forma en que el mundo produce y consume electricidad. La red global de energías renovables no solo servirá para combatir el cambio climático, sino que también ofrecerá recursos compartidos y una mayor estabilidad energética global.