China ha anunciado la prohibición del marfil en lo que es una gran noticia para el elefante africano, una especie en peligro de extinción. El comercio de marfil y su procesado están ahora bajo estricta regulación, con el objetivo de terminar con el mercado negro y proteger a los elefantes.
Una decisión histórica para la conservación de los elefantes
El pasado 30 de diciembre de 2016, la Oficina General del Consejo de Estado de China anunció que el país prohibiría definitivamente el comercio de marfil para finales de 2017. Se trataba de un paso importante y progresivo en la lucha contra la caza furtiva de elefantes en África, uno de los continentes más afectados por el comercio ilegal de marfil.
Beijing indicaba que las primeras restricciones se activarían el 31 de marzo de 2017, cuando las subastas de antigüedades legítimas que involucraban marfil también estaban bajo escrutinio. Finalmente, el cierre total del mercado llegó el 31 de diciembre de ese mismo año, con lo que el comercio interno de marfil en China quedó completamente prohibido.
El 70% del comercio global de marfil se dirigía originalmente a China, lo que convirtió esta prohibición en un hito crucial para la lucha mundial contra la caza furtiva. Se esperaba que, con este movimiento, otros países, como Hong Kong y Japón, también cerraran sus mercados internos, apuntando a una consolidación global de los esfuerzos por salvar a los elefantes del borde de la extinción.
Consecuencias de la prohibición del marfil en China
El anuncio de China generó amplias repercusiones en la conservación de especies. Según Lo Sze Ping, director ejecutivo de WWF China, cerrar el mercado legal de marfil más grande del mundo disuadirá a las personas de comprar este material, al mismo tiempo que complicará la venta de marfil obtenido ilegalmente. Este cambio también facilitará el trabajo de las autoridades para tomar medidas contra los traficantes de marfil y sus redes criminales.
Esta prohibición afectó directamente a 34 asociaciones de procesamiento en China y 143 puntos de venta que comerciaban con este producto. Desde 1975, Beijing había permitido algunas excepciones con marfil antiguo o en subastas de antigüedades, pero con un alto grado de supervisión. Sin embargo, la caza furtiva continuaba a un ritmo alarmante.
Impacto de la caza furtiva en los elefantes africanos
A lo largo de la última década, el impacto de la caza furtiva sobre la población de elefantes africanos ha sido devastador. Según las estadísticas de la Convención Internacional contra el Comercio de Especies Amenazadas (CITES), se estimaba que entre 800 y 900 casos de tráfico de marfil se registraban al año en China, muchos de ellos asociados al mercado ilegal. Se cree que más de 100.000 elefantes fueron cazados furtivamente en este período, lo que resultó en una drástica reducción de las poblaciones de elefantes en África.
Para el año 2015, la población total de elefantes africanos se había reducido a aproximadamente 415.000 individuos desde los 1.2 millones contabilizados décadas atrás. Esto significaba una pérdida preocupante de más del 65% en menos de 50 años.
Prohibición del marfil: un respiro para los elefantes
La prohibición del comercio de marfil en China ha sido vista como un respiro vital para los elefantes. Aunque la población de elefantes africanos sigue enfrentándose a importantes desafíos, incluidos el lento crecimiento poblacional y la pérdida de hábitat natural, los esfuerzos de conservación han empezado a mostrar signos alentadores.
Un punto clave que destacó el equipo de WWF es que, aunque China ha dado el paso de prohibir el comercio de marfil, otros países asiáticos necesitan seguir su ejemplo. Se ha señalado particularmente a naciones como Laos, Tailandia y Birmania, donde el comercio de marfil sigue siendo legal en muchos casos.
Crisis global: El mercado negro del marfil
Sin embargo, no todo es positivo. Aunque la prohibición del comercio legal de marfil ha dado un golpe significativo al negocio, el mercado negro sigue siendo un gran problema. Las incautaciones de marfil continúan, y el comercio ilegal se ha sofisticado, aprovechando Internet e incluso el marfil de otras fuentes, como los colmillos de mamuts. Estos gigantes extintos se han convertido en un sustituto legal en algunos mercados, lo que plantea nuevos retos para los conservacionistas.
El hecho de que algunos talleres de marfil en China hayan sustituido el marfil de elefante por colmillos de mamut ha levantado críticas. Aunque el marfil de mamut se presenta como una opción legal, los expertos temen que pueda incentivar indirectamente el comercio ilícito de marfil de elefante, debido a la similitud física de ambos materiales. El mayor problema radica en que este mercado sigue manteniendo vivo el deseo de poseer productos de marfil, lo que añade una nueva arista en la lucha contra la extinción de los elefantes.
El futuro de los elefantes y la conservación
A medida que el comercio de marfil disminuye en China, es crucial continuar con la presión internacional para cerrar otros mercados. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y diversas ONG conservacionistas continúan promoviendo campañas de concienciación para reducir la demanda de marfil en todo el mundo.
Desde la prohibición en China, otros países como Hong Kong también han dado pasos importantes hacia la erradicación del comercio de marfil. Sin embargo, las organizaciones en defensa de la vida silvestre instan a las naciones del sudeste asiático y Japón a que sigan el ejemplo de China lo antes posible, antes de que sea demasiado tarde para los elefantes.
En la actualidad, más de 20.000 elefantes son asesinados anualmente en África por cazadores furtivos, con el único propósito de abastecer el mercado de marfil. Aunque el camino hacia la recuperación de la población de elefantes es largo, prohibiciones como la de China representan un paso esencial en la dirección correcta.
La lucha por salvar a los elefantes no ha terminado. Aunque la prohibición del marfil en China es un hito impresionante, aún se necesita más cooperación entre los países y una concienciación pública sostenida para que el comercio ilegal de marfil llegue a su fin definitivo, y los elefantes puedan contar con un futuro más seguro.