China endurece los controles a la exportación de tierras raras

  • El Ministerio de Comercio amplía las restricciones y exige licencias más estrictas para tecnologías y materiales de tierras raras.
  • Usuarios de defensa quedan fuera; los casos de semiconductores y proyectos de IA con posible uso militar se evaluarán individualmente.
  • Se extiende el control a imanes, componentes asociados y equipos de reciclaje; alcance extraterritorial con inicio escalonado.
  • El movimiento coincide con tensiones tecnológicas y subidas bursátiles en el sector de tierras raras.

Controles a la exportación de tierras raras en China

China ha dado un paso más en su política de control sobre las exportaciones de tierras raras y las tecnologías vinculadas a su procesamiento, estrechando el filtro para determinados usos finales y actores extranjeros. El foco se centra en sectores sensibles, con especial atención a la defensa y a la fabricación de semiconductores avanzados.

El Ministerio de Comercio ha comunicado que estas medidas, que se suman a las ya aplicadas en abril, buscan reforzar la seguridad nacional y la supervisión del destino final de materiales e innovaciones estratégicas. Algunas disposiciones entran en vigor de inmediato, mientras que otras se activarán en fechas concretas y con alcance más amplio.

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Qué anuncia Pekín

La autoridad comercial amplía el perímetro de control a la exportación de tecnologías de extracción, procesamiento y fabricación de imanes de tierras raras, así como a determinados productos que los incorporan. Sin autorización, no se permitirá la salida del país de estos desarrollos ni la cooperación con terceros en el exterior.

El ministerio también ha precisado que el listado de artículos bajo control se ha ajustado con un alcance que dicen ser «limitado», al tiempo que promete medidas para facilitar la concesión de licencias a operaciones que cumplan los requisitos regulatorios, incluyendo aclaraciones sobre materias primas críticas.

A quién afecta y qué queda fuera

El comunicado deja claro que los usuarios extranjeros del sector defensa no recibirán licencias. Para proyectos ligados a semiconductores de última generación, las solicitudes se analizarán caso por caso, con especial escrutinio.

Asimismo, la investigación y desarrollo en inteligencia artificial con potencial aplicación militar quedará sujeta a control reforzado. Por el contrario, se contempla la exención de licencias para envíos con fines de ayuda humanitaria que encajen en el marco legal vigente.

Semiconductores y umbrales técnicos

Las nuevas reglas especifican umbrales técnicos: se atenderán de forma restrictiva proyectos relacionados con chips de 14 nanómetros o más avanzados, memorias con 256 capas o superiores y los equipos utilizados para fabricarlos, todos ellos vinculados a minerales críticos.

La misma cautela se aplicará a las actividades de I+D y a la producción vinculadas a esos componentes, incluyendo herramientas críticas y consumibles que puedan dar soporte a nodos y arquitecturas de alto rendimiento.

Imanes, reciclaje y tecnologías de proceso

Se expanden las limitaciones a más tipos de imanes de tierras raras y, además, se circunscribe la salida del país de ciertos componentes y ensamblajes que los contengan si están en la lista restringida. China añade el requisito de licencia para exportar equipos destinados al reciclaje de estos materiales.

China, que es el líder mundial en estas cadenas —produce más del 90% de las tierras raras procesadas e imanes a nivel global—, añade a la lista el requisito de licencia para exportar equipos destinados al reciclaje de estos materiales.

Alcance extraterritorial y plazos

Otro punto clave es la dimensión extraterritorial: empresas extranjeras que usen maquinaria, materiales o componentes chinos relacionados con tierras raras deberán solicitar licencia si pretenden exportar artículos controlados.

El ministerio ha indicado que estas reglas extraterritoriales entrarán en vigor el 1 de diciembre, mientras que el resto del paquete de medidas ya se aplica desde su anuncio.

Contexto geopolítico y negociaciones

El endurecimiento llega en un momento de tensiones tecnológicas, tras el llamamiento de legisladores estadounidenses para ampliar los vetos a equipos de fabricación de chips con destino a China. En paralelo, Pekín enmarca su decisión en compromisos de no proliferación y en la búsqueda de alianzas para asegurar el suministro de materiales críticos.

Fuentes del sector interpretan que estas restricciones pueden aumentar la capacidad de negociación de China de cara a una próxima cita entre los líderes de ambos países en Corea del Sur, en un contexto en el que el suministro de materiales críticos se ha convertido en palanca estratégica.

Impacto en el mercado y reacción sectorial

En bolsa, se registraron avances notables: Northern Rare Earth Group subió un 8,3% y Shenghe Resources un 6,3% tras conocerse las medidas. También hubo movimiento en fabricantes asiáticos de chips.

TSMC cerró con una alza del 1,8% tras presentar unos ingresos trimestrales mejores de lo esperado. Desde Corea del Sur, el sector monitoriza el impacto mientras se recuerda que el mercado local permaneció cerrado por festivo nacional.

En cuanto a las compañías, Samsung declinó hacer comentarios, y SK Hynix y TSMC no respondieron de inmediato a consultas adicionales sobre el alcance de las nuevas normas.

Flujo de exportaciones y licencias

Tras los controles de abril, los envíos de tierras raras desde China han crecido de forma sostenida a medida que se concedían más licencias, aunque persisten quejas de algunos usuarios por la dificultad del trámite.

El Ministerio de Comercio sostiene que el nuevo paquete tiene un alcance acotado y que se adoptarán diversas fórmulas para simplificar la concesión de licencias cuando proceda, incluyendo guías y procesos más claros para operadores cumplidores.

La cartera también prohíbe la cooperación no autorizada de empresas chinas con entidades extranjeras en proyectos de tierras raras, reforzando la supervisión de alianzas, transferencias de know-how y desarrollos conjuntos.

Con este ajuste regulatorio, Pekín busca un equilibrio entre asegurar la trazabilidad y el uso final de materiales críticos y mantener la continuidad de las cadenas globales cuando no se vean comprometidos intereses sensibles.