Las especies invasoras son aquellas que, tras ser introducidas en un nuevo ecosistema, generalmente por actividad humana, empiezan a proliferar sin control. Esto sucede porque, al estar en un entorno diferente al suyo, no tienen los depredadores naturales que limitaban su expansión. El resultado es un crecimiento incontrolado que puede tener graves consecuencias para la biodiversidad local.
En la mayoría de los casos, estas especies invasoras llegan a nuevos territorios por accidente, generalmente viajando junto al ser humano en sus desplazamientos o actividades. Una vez establecidas, pueden adaptarse rápidamente, reproducirse y comenzar a competir con las especies autóctonas por recursos. Si no se toman medidas para su control, pueden llegar a provocar la desaparición de especies locales o, en algunos casos, causar desequilibrios significativos en el ecosistema.
Un ejemplo claro de especie invasora en España es el cerdolí, un híbrido entre el cerdo vietnamita, una especie exótica, y el jabalí, especie autóctona. Este cruce ha provocado problemas ambientales serios en varias zonas del país, como en las comunidades autónomas de Valencia, Madrid, Cataluña, Castilla y León o Aragón. ¿Qué ha causado la proliferación del cerdolí y qué se puede hacer al respecto?
Cruce entre cerdo vietnamita y jabalí
El cerdolí es el resultado del cruce entre el cerdo vietnamita y el jabalí, una combinación que ha tenido consecuencias inesperadas. Este híbrido ha sido detectado en varias regiones de Navarra, como Urraul Alto, Tierra Estella, el Valle de Esteribar o incluso cerca de Pamplona. ¿Cómo ocurrió este cruce? De nuevo, la respuesta es la acción humana.
El auge del cerdo vietnamita como mascota comenzó cuando celebridades como George Clooney popularizaron la tendencia de tener cerdos vietnamitas en casa, especialmente después de que el actor posara con su cerdo mascota llamado “Max”. Este fenómeno impulsó la venta de cerdos vietnamitas no solo en Estados Unidos, sino también en Europa, donde rápidamente se convirtieron en mascotas exóticas.
El principal problema con el cerdo vietnamita es que, cuando aún son crías, solo pesan unos 3 kilos, pero alcanzan rápidamente los 80 kilos en su etapa adulta. Muchas de las personas que los adquirieron como mascotas se dieron cuenta de que era prácticamente imposible mantener un cerdo tan grande en un apartamento. Cuando ya no podían cuidar de ellos, los liberaban en la naturaleza, incumpliendo la normativa ambiental y causando la invasión de una especie en territorios que no eran los suyos.
Aspecto del cerdolí
El cerdolí no es simplemente una mezcla de jabalí y cerdo vietnamita. Se describe como un animal grotesco con características muy variables. Generalmente, son más pequeños que los jabalíes, que pueden llegar hasta los 100 kilos; sus patas son más largas y parecen más desproporcionadas. Algunos ejemplares tienen mucho pelo oscuro, mientras que otros carecen de pelaje. Además, su morro puede ser largo y fino, o, en algunos casos, bastante achatado.
La proliferación del cerdolí no solo ha generado curiosidad por su extraño aspecto, sino también preocupación, ya que las camadas son más numerosas y frecuentes que las del jabalí. Mientras que las hembras de jabalí suelen tener uno o dos periodos de apareamiento al año, las de cerdo vietnamita entran en celo una vez al mes. Esto les permite reproducirse mucho más rápidamente, lo que agrava el problema.
Además, el cerdolí ha perdido su instinto natural de evitar al ser humano. A diferencia del jabalí, que huye de las personas, el cerdolí se ha habituado a la proximidad humana, lo que lo pone en peligro constante, ya sea por cazadores o por atropellos en las carreteras.
El Departamento de Medio Ambiente de Navarra está al tanto de esta situación, y ha planteado la posibilidad de permitir a los cazadores abatir estos híbridos durante la próxima temporada de caza.
Impacto ambiental del cerdolí
El cerdolí ha generado graves problemas para el ecosistema local en España. Compite directamente con el jabalí por recursos, lo que tiene un impacto directo en las poblaciones de jabalíes autóctonos. Además, al ser animales omnívoros, los cerdolís no solo se alimentan de vegetación, sino también de pequeños animales como vertebrados menores e insectos. Esto afecta tanto a la flora como a la fauna local, desequilibrando el ecosistema y provocando daños en cultivos y plantaciones cercanas.
Otro de los grandes problemas asociados a la proliferación del cerdolí es su capacidad para destruir cultivos, lo que lo convierte en un peligro real para los agricultores. Su voraz apetito y su gran capacidad reproductiva hacen que las poblaciones de cerdolís crezcan rápidamente, lo que aumenta los daños en campos agrícolas.
La función de los cazadores
Para controlar el número creciente de cerdolís, se ha solicitado a los cazadores que incluyan a estos híbridos en la orden de vedas. Sin embargo, la función de los cazadores no es simplemente disparar a estos animales de manera descontrolada, sino que pueden colaborar con las autoridades para eliminar ejemplares de forma controlada y coordinada. El objetivo es ayudar a mantener el equilibrio en el ecosistema, sin poner en riesgo otras especies.
No solo los cazadores están preocupados por este tipo de especies invasoras. Organizaciones científicas, como el Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC), también han alertado sobre la necesidad de controlar la proliferación de estos híbridos, ya que suponen una amenaza ecológica y sanitaria.
El cerdolí es solo una de las muchas especies exóticas que han llegado a España y que están causando estragos en la biodiversidad local. Ejemplos de otras especies incluyen castores, mapaches, visones americanos, cotorras, entre otras. Todas ellas tienen el potencial de desplazar a las especies nativas, lo que resulta en la pérdida de biodiversidad y la alteración de los hábitats naturales.
Finalmente, la caza no es la única solución que se plantea. Algunos ecologistas defienden métodos no letales para controlar estas especies invasoras, como la captura y reubicación controlada, aunque estos métodos no han demostrado ser tan efectivos en el caso del cerdolí.
En resumen, el cerdolí se ha convertido en una amenaza real para los ecosistemas españoles. La combinación de su rápido crecimiento poblacional, hábitos alimentarios destructivos y falta de depredadores naturales hacen que su control sea urgente para evitar un mayor impacto ecológico.