Cenizas de incendios provocan episodios de contaminación en ríos del noroeste y del Jarama

  • Las lluvias han arrastrado cenizas y lodos de incendios a ríos de León, Zamora y Guadalajara.
  • Ecologistas alertan de aguas ennegrecidas y caída del oxígeno en el Jarama y sus afluentes.
  • UPL reprocha a la Junta de Castilla y León la falta de barreras y planificación.
  • Se piden medidas urgentes: contención, limpieza de cauces y controles de calidad.

Contaminación en ríos

Tras las lluvias de los últimos días, varias cuencas del noroeste y del centro peninsular registran episodios de contaminación en ríos vinculados al arrastre de cenizas y lodos procedentes de incendios forestales recientes.

Colectivos ecologistas y representantes locales señalan que el fenómeno se aprecia en cursos leoneses y zamoranos, así como en el Jarama y sus afluentes en Guadalajara, donde el agua baja oscura y con sedimentos tras los fuegos del Pico del Lobo.

Ríos con aguas ennegrecidas tras las lluvias

Aguas de río contaminadas

En distintos puntos de León y Zamora se describen cauces como el Bibey en Porto de Sanabria, el Meruelo a su paso por Molinaseca y el Cabrera en Puente de Domingo Flórez, Castroquilame o Pombriego con coloraciones oscuras atribuibles al arrastre de cenizas.

En Guadalajara, las precipitaciones han llevado materiales calcinados a los ríos Berbellido y Jaramilla, que desembocan en el Jarama, con tramos donde las orillas aparecen cubiertas por lodos y restos finos procedentes del incendio del Pico del Lobo.

Organizaciones ecologistas aseguran que el agua llega prácticamente negra en algunos sectores, con un descenso notable del oxígeno disuelto, condición que agrava el estrés de peces y fauna ligada al río.

Trabajadores y sindicatos vinculados a la prevención de incendios apuntan que, tras un gran fuego, sin dispositivos de contención tempranos, las primeras tormentas terminan empujando el material carbonizado hacia los cauces.

Jarama y embalse de El Vado: alerta por el suministro

Ecologistas en Acción ha denunciado que la descarga de cenizas y lodos alcanza el embalse de El Vado, uno de los que abastecen al Canal de Isabel II, lo que ha activado una vigilancia estrecha de la calidad del agua cruda.

Las masas arrastradas por Berbellido y Jaramilla confluyen en el Jarama y complican las labores de potabilización si no se estabiliza el aporte de sólidos, algo que depende de la evolución meteorológica y del estado de las laderas quemadas.

Biodiversidad en riesgo en tramos sensibles

La caída del oxígeno derivada de los aportes orgánicos y finos puede comprometer a species como la trucha común, el mirlo acuático y diversos anfibios e invertebrados bentónicos, especialmente en zonas de alto valor ecológico.

El río Berbellido figuraba entre los escenarios seleccionados para la reintroducción del desmán ibérico en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, un proyecto sensible que se ve amenazado por estos episodios.

Críticas y exigencia de medidas en Castilla y León

La Unión del Pueblo Leonés responsabiliza a la Junta de no haber aplicado con rapidez fajinas, barreras de contención y una planificación de emergencia para evitar que la escorrentía trasladara las cenizas a arroyos y ríos del noroeste.

Desde la formación leonesista se reclama una respuesta inmediata que incluya limpieza de cauces, controles analíticos continuos y actuaciones correctoras antes de que nuevos episodios de lluvia agraven la situación.

Aguas subterráneas vulnerables en el noroeste

Las advertencias se extienden a las masas subterráneas potencialmente afectables por filtraciones de compuestos procedentes de la combustión, con mención a La Tercia‑Mampodre‑Riaño, La Babia‑Luna, el Terciario Detrítico del Esla‑Cea y La Maragatería.

Colectivos y organizaciones demandan a la administración autonómica un protocolo de seguimiento específico para estos acuíferos, con muestreos periódicos que permitan detectar alteraciones químicas a tiempo.

Qué medidas postincendio piden los expertos

Entre las actuaciones propuestas figuran la instalación temprana de diques y fajinas con restos vegetales, estabilización de taludes y creación de zonas de retención de sólidos en cabeceras antes de que los materiales lleguen a los ríos.

También se subraya la necesidad de un plan de monitorización de la calidad del agua tras cada episodio de lluvia, limpieza selectiva de sedimentos en puntos críticos y coordinación técnica con centros de investigación como el CSIC.

El incendio del Pico del Lobo fue dado por extinguido el 14 de octubre tras arrasar miles de hectáreas de alto valor natural entre Guadalajara y Segovia, un contexto que hace aún más urgente acelerar las labores de recuperación de áreas quemadas.

La concatenación de incendios, lluvias intensas y falta de contención temprana está dejando aguas oscuras, pérdida de oxígeno y riesgos para el suministro y la biodiversidad en varios tramos fluviales; administraciones y colectivos coinciden en que la ventana de actuación es ahora, con medidas de contención, limpieza y vigilancia analítica continuadas.

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