Las tortugas marinas, con especial énfasis en las tortugas verdes (Chelonia mydas), están enfrentando una crisis de salud en las costas de Florida debido a una enfermedad conocida como fibropapilomatosis (FP). Esta enfermedad, mortal en muchos casos, es provocada por un virus de la familia del herpes, que afecta principalmente a tortugas jóvenes de aproximadamente dos años de edad.
Las tortugas afectadas llegan al Turtle Hospital en Florida presentando grandes tumores similares en tamaño a pelotas de golf, los cuales afectan diversas áreas de su cuerpo, como los ojos, el cuello y las aletas. Estos crecimientos pueden llegar a ser tan graves que incapacitan a los animales, dejándolos ciegos y afectando su capacidad para nadar y alimentarse correctamente.
¿Qué sabemos sobre la fibropapilomatosis?
La fibropapilomatosis se reconoció por primera vez en tortugas marinas en los años 30. Sin embargo, desde los años 80, esta enfermedad se ha extendido rápidamente, afectando no solo a Florida, sino también a otras regiones tropicales como Hawái y el Caribe. Aunque los expertos han estudiado esta enfermedad por años, la causa exacta de la FP sigue siendo un misterio. Sin embargo, existe una creciente evidencia que apunta a factores ambientales como la contaminación marina y el calentamiento global como potenciales desencadenantes.
En lugares como Florida, cada vez más tortugas terminan en centros especializados como el Turtle Hospital, donde los veterinarios luchan por salvarlas. Según Doug Mader, un veterinario del hospital, el número de intervenciones ha aumentado drásticamente en los últimos años, pasando de realizar de seis a siete operaciones mensuales a seis u ocho por semana. Cada tortuga requiere múltiples cirugías para extirpar los tumores, y algunas necesitan semanas o meses de rehabilitación antes de ser liberadas de nuevo en su hábitat natural.
El impacto de la enfermedad en la población de tortugas marinas
Afortunadamente, las poblaciones de tortugas verdes en Florida han mostrado signos de recuperación en las últimas décadas. En 1976, las tortugas verdes se incluyeron en la lista de especies en peligro de extinción, pero poco a poco comenzaron a aumentar en número. En 2022, se registraron alrededor de 28,000 nidos de tortuga verde en las playas de Florida.
No obstante, este renacimiento poblacional está siendo contrarrestado por la creciente prevalencia de la fibropapilomatosis. Según estudios recientes, casi el 24% de las tortugas varadas en Florida padecían de FP. Esta enfermedad afecta principalmente a tortugas juveniles que viven cerca de las costas, lo que sugiere que factores relacionados con la contaminación costera están influyendo significativamente en la propagación del virus.
El Loggerhead Marinelife Center, en colaboración con otros institutos, ha estado realizando estudios para determinar por qué algunas tortugas son más vulnerables a la FP que otras. Se han identificado ciertas áreas donde la incidencia de la enfermedad es más alta, lo que apunta a la posible influencia de la calidad del agua y la proximidad a zonas urbanas.
Tratamiento y recuperación: El papel de los hospitales de tortugas
El tratamiento de las tortugas con fibropapilomatosis es largo y complicado. En el Turtle Hospital en Marathon, Florida, a menudo es necesario realizar múltiples cirugías para extirpar los tumores antes de que las tortugas puedan ser liberadas de nuevo en el océano. Algunas veces, los veterinarios deben recurrir a técnicas avanzadas como la electroquimioterapia, donde se suministra una dosis local de quimioterapia mediante pulsos eléctricos que permiten que el medicamento ataque directamente las células tumorales, evitando afectar al resto del cuerpo.
A pesar de los mejores esfuerzos de los veterinarios, no todas las tortugas pueden ser salvadas. Los tumores no solo afectan el tejido externo, sino que en algunos casos también invaden órganos internos como los pulmones y los riñones. Cuando esto ocurre, las probabilidades de supervivencia disminuyen drásticamente.
Otra complicación es que los tumores pueden reaparecer, incluso después de ser tratados. De hecho, algunas tortugas requieren volver al hospital años después de haber sido liberadas para recibir más tratamiento. Esto es especialmente problemático en áreas donde la calidad del agua sigue siendo pobre debido a la contaminación.
Factores que agravan la fibropapilomatosis
Los científicos creen que varios factores ambientales están contribuyendo al aumento de la fibropapilomatosis en todo el mundo. Entre ellos, destacan:
- Contaminación marina: Compuestos tóxicos como los retardadores de llama y los subproductos de pesticidas han sido encontrados en focas, tiburones y otras especies marinas en Florida. Se cree que estos compuestos suprimen el sistema inmunológico de las tortugas, haciéndolas más susceptibles al virus que causa la fibropapilomatosis.
- Calentamiento de las aguas oceánicas: Con el incremento de la temperatura de los océanos debido al cambio climático, los ecosistemas costeros están experimentando grandes alteraciones. Las tortugas marinas son particularmente vulnerables a estas fluctuaciones, ya que dependen del equilibrio de sus hábitats para su supervivencia.
- Competencia alimentaria y estrés: Las tortugas jóvenes enfrentan una intensa competencia por recursos alimenticios, lo que también puede debilitar su salud y hacerlas más propensas a sufrir enfermedades.
Aunque se han hecho avances considerables en la investigación del virus que causa la fibropapilomatosis, sigue habiendo muchas preguntas sin respuesta. Por ejemplo, un estudio reciente de biólogos en Florida mostró que el 43% de las tortugas verdes anidadas portaban la enfermedad sin presentar síntomas visibles. Esto sugiere que algunas tortugas pueden ser portadoras asintomáticas del virus, lo que complica aún más los esfuerzos de conservación.
Un posible alivio para algunas de las tortugas marinas con tumores es que, en ocasiones, los tumores pueden desaparecer por sí solos. Aun así, muchas tortugas necesitan la asistencia de hospitales especializados para mejorar sus posibilidades de supervivencia.
Acciones de conservación y futuro
A pesar de los desafíos presentados por la FP, tanto los investigadores como los centros de conservación están trabajando arduamente para comprender mejor esta enfermedad y, al mismo tiempo, tratar de salvar a las tortugas infectadas. En el Tour de Turtles, un evento organizado por la Sea Turtle Conservancy en Florida, se liberan tortugas marinas rehabilitadas con el objetivo de aumentar la conciencia sobre los impactos del virus y las amenazas que enfrenta esta especie en peligro de extinción.
En última instancia, el futuro de las tortugas marinas verdes depende no solo de los esfuerzos para tratar la fibropapilomatosis, sino también de mejorar las condiciones ambientales en sus hábitats. Reducir la contaminación marina, mejorar la calidad del agua y proteger las áreas de anidación serán claves para asegurar que estas majestuosas criaturas tengan la oportunidad de prosperar en los océanos.
Gracias a la dedicación de veterinarios, biólogos y voluntarios, muchas tortugas se han salvado y regresado a su entorno natural. Sin embargo, la lucha contra la fibropapilomatosis está lejos de terminar y requerirá de muchos más esfuerzos para disminuir su impacto a largo plazo.