Tal y como el ser humano está buscando fuentes de energía que sean renovables para que sirvan de alternativas ante los combustibles fósiles, han nacido los biocombustibles. Uno de ellos es el biometano. El biometano surge a partir del biogás, que se obtiene gracias a una gran variedad de sustratos. Sin embargo, para poder usar este biogás hay que depurarlo. Así es como nace el biometano.
Aquí te contamos todo sobre este biocombustible.
Qué es el biometano y cómo se produce
Hay que analizar la importancia que tienen las fuentes de energía alternativas a las energías no renovables, dado que la contaminación atmosférica está empeorando los efectos del cambio climático. Poco a poco tenemos que encaminarnos hacia una transición energética donde las fuentes de energía sean de diferentes orígenes y obtengamos un mix más completo donde las energías renovables cobre gran importancia.
El biogás es el que se produce a partir de diversos sustratos biológicos. Podemos verlo formándose en residuos agrícolas como los cultivos intermedios, estiércol, paja, etc. También se forma en lodos de aguas residuales y otros desechos orgánicos tanto domésticos como industriales. Es bien sabido que la producción de biogás es alta en los vertederos de residuos controlados. En estos vertederos se intentan colocar diversas capas para ir enterrando los residuos y se construyen tuberías para recircular el aire que se genera en la descomposición de los residuos. Este gas es el llamado biogás.
Sin embargo, este biogás no se puede emplear tal y como se forma, sino que primero hay que depurarlo. Veamos el origen del biogás para conocer bien de dónde procede el biometano. La producción de biogás se forma a partir del resultado de la digestión anaerobia. Esto quiere decir, en ausencia de oxígeno. Son muchas las bacterias que actúan degradando la materia orgánica y que no necesitan oxígeno para ello. Mediante este proceso surge el primer gas energético no tratado.
La composición de este gas es de entre 50 y 75% de metano y el resto CO2 y pequeñísimas cantidades de vapor de agua, nitrógeno, oxígeno y ácido sulfhídrico. Este gas primario que se ha formado se le puede extraer el poco vapor de agua que tiene más el resto de componentes pequeños para poder producir calor y electricidad.
Sin embargo, para usar de alguna forma el biogás, como por ejemplo su inyección en la red de gas natural o para utilizarlo como combustible en vehículos, es necesario que pase por un proceso de depuración previa. El proceso consiste en eliminar el dióxido de carbono en su composición, para que la mayoría del gas sea metano. Lo más habitual es que el gas depurado contenga un 96% de metano y cumple con ciertos estándares para ser utilizado como si fuera gas natural.
A partir del momento en el que el gas tiene esta composición, ya se llama biometano.
Usos y sostenibilidad
Tal y como hemos mencionado antes, el biometano es una alternativa renovable a los combustibles fósiles. Su composición y poder energético es muy parecido al gas natural. Por ello, se está empleando con los mismos fines. El biometano se puede inyectar en las redes de gas y usarlo como si fuera gas natural en diferentes proporciones o usarse como combustibles en vehículos.
La producción de este gas es más sostenible, ya que se emplean gran variedad de materias primas. Esto hace que sus características ambientales sean muy variadas, pero estén en mejores usos que las fuentes de combustibles fósiles. Durante la producción no hay contaminación y, aunque durante su uso sí, el balance total es mucho menor que si usamos gas natural convencional. Además, el biometano es renovable en el tiempo.
Cuando se utilizan digestatos, como fertilizantes orgánicos y mejoras del suelo, se consigue ahorrar bastante en los costes de producción de otros fertilizantes minerales. De esta forma, evitamos las emisiones que se asocian a la producción. Volvemos al punto de antes, el balance total de emisiones es menor. Para que se hagan una idea, se estima que con el empleo de digestatos en vez de fertilizantes minerales podría reducirse hasta en 13 kg de CO2 las emisiones por tonelada.
Ventajas de su uso
Como hemos visto hasta ahora, el biometano es una buena opción de energía alternativa a las no renovables. Hay diversas ventajas que ofrece este gas. Concretamente, una de ellas es que es un producto viable desde el punto de vista comercial. Se puede emplear en infraestructuras que ya existen para el gas natural sin la necesidad de tener que construir otra nueva. Los científicos afirman que su tecnología de depuración está totalmente aprobada y es sostenible.
En cuanto a las ventajas de su uso, contribuye a cumplir los objetivos climáticos ya que disminuyen las emisiones de CO2 total. Esto aporta mejoras en la calidad del aire y da una mayor independencia energética. Con mayor independencia energética no tenemos por qué depender de comprar energía a otros países porque somos capaces de generarla nosotros mismos.
Otra ventaja serían los puestos de trabajo que genera durante la producción y uso del biometano en zonas agrícolas y con un combustible energéticamente eficiente.
Cómo se produce el biometano en Europa
Hay 15 países pertenecientes a la Unión Europea que producen y usan biometano. La mayor parte de este biometano se emplea para producir calor y electricidad. Su uso en el transporte es cada vez más importante y hace más hueco en los mercados. Por ejemplo, en Suecia nos encontramos con el biometano como combustible con un porcentaje de uso mayor que el gas natural. Alemania también está aumentando considerablemente el uso de este gas con el paso de los años.
Se estima que, para el 2020, el volumen de biogás productivo será mayor a 14 billones de metros cúbicos, que es lo equivalente en gas natural. Este volumen de biometano no tendrá ningún efecto negativo en las tierras de cultivo usadas para la producción de alimentos y piensos. En la rotación de cultivos y el reciclaje de los nutrientes en el ecosistema mejora la productividad gracias al uso de digestatos.
Espero que con esta información puedan saber más sobre el biometano y sus características.