
Las aves rapaces ocupan un lugar esencial en los ecosistemas y en la cultura popular, ya sea por su papel como depredadores, su presencia majestuosa o las historias de conservación ligadas a muchas de sus especies. De la recuperación de especies emblemáticas hasta la concienciación ciudadana a través de eventos y actividades, el mundo de las rapaces está repleto de retos y logros recientes que merece la pena conocer con detalle.
La sociedad y las administraciones han asumido en las últimas décadas una función activa en la protección y recuperación de aves rapaces. Distintos proyectos, investigaciones y actividades públicas reflejan un cambio de mentalidad profundo en relación a la importancia de estos animales para el equilibrio de la biodiversidad y el patrimonio natural.
El regreso del águila pescadora: un hito para la Valencia natural
La reaparición del águila pescadora en el Marjal de Pego-Oliva marca un antes y un después en los esfuerzos de conservación en la Comunitat Valenciana. Tras más de medio siglo de ausencia, el primer macho liberado en 2023 dentro del programa de reintroducción ha sido nuevamente avistado en su hábitat, confirmando que las condiciones del entorno siguen siendo favorables para su supervivencia.
Este ejemplar, anillado e identificado dentro del proyecto gestionado por la Generalitat en colaboración con la Fundación Iberdrola y la Fundación Migres, fue extraído de un nido escocés y trasladado al Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva. Allí pasó 47 días de aclimatación antes de iniciar su migración a África, como hacen estas aves tras el verano. Su regreso ratifica el éxito de los trabajos de adaptación y protección realizados en la zona, permitiendo que otros ejemplares puedan también prosperar en el futuro.
El programa de reintroducción de esta rapaz, que había desaparecido como especie nidificante en la Comunitat Valenciana, se inició en 2019 y ha ido creciendo en número de aves trasladadas cada año, especialmente tras recibirse ejemplares de Escocia para reforzar la colonia. El objetivo es establecer una población autosuficiente capaz de reproducirse y conectar las zonas de cría de Baleares con las de Andalucía, contribuyendo así a consolidar esta especie en el contexto peninsular.
El águila pescadora es conocida por cazar peces en humedales, ríos y costas, y su éxito como depredadora depende del buen estado de estos ecosistemas acuáticos. Las amenazas principales para su futuro siguen siendo la contaminación y la degradación de hábitats, por lo que mantener el impulso en la conservación resulta fundamental.
Investigación y conservación del halcón gerifalte en el Ártico

En el extremo norte, el gerifalte representa la figura señera entre las rapaces que sobreviven en paisajes inhóspitos. Esta ave, la de mayor tamaño de su familia y reconocida por cazar presas incluso superiores en tamaño, se enfrenta actualmente a un futuro incierto debido al rápido calentamiento del Ártico.
Según las investigaciones llevadas a cabo en Alaska, la población de gerifaltes permanece estable aunque hay indicios de un posible descenso local, motivado en parte por los cambios abruptos en las condiciones climáticas y las alteraciones en la disponibilidad de sus presas. Los científicos realizan un seguimiento intensivo de nidos y crías cada año, obteniendo información esencial sobre su dieta, tasas de supervivencia y enfermedades emergentes que les afectan con más virulencia que a otras especies del mismo grupo.
El trabajo de campo en lugares como la península de Seward demuestra la importancia de la vigilancia y el estudio continuado para poder prever y mitigar los efectos negativos del cambio climático sobre esta especie. Los datos obtenidos incluso han revelado que estas aves, además de su valía como depredadores, tienen un papel cultural relevante entre los pueblos indígenas del Ártico, sirviendo como símbolo y guía espiritual.
Histórica persecución y cambio de percepción sobre las aves rapaces
La relación entre el ser humano y las aves rapaces ha evolucionado de forma drástica a lo largo del último siglo. En el periodo inicial del siglo XX, muchas de estas especies estaban calificadas como fauna dañina en la península ibérica, lo que desencadenó campañas de exterminio incentivadas económicamente por las propias administraciones públicas. Se llegaba a pagar por cada ejemplar cazado, considerándolos amenazas para el ganado y la caza menor.
La presión sobre las poblaciones de aves rapaces, alimentada por razones económicas, tuvo consecuencias demoledoras para la biodiversidad. Sin embargo, en tiempos recientes, se ha producido un giro total en la visión de estas aves, que ahora son objeto de programas de protección, investigación y sensibilización. El mismo interés por el estudio y la conservación se extiende hoy día a través de entidades científicas, administraciones y asociaciones de cazadores, que impulsan la restauración de hábitats, la alimentación suplementaria y la reducción de amenazas directas.
Divulgación, cultura y protección de las rapaces
El contacto con el gran público es otra de las claves para garantizar el futuro de las aves rapaces. Las exhibiciones en mercados medievales y eventos culturales acercan estas aves a personas de todas las edades, ayudando a despertar el interés y el respeto por su función ecológica y su belleza natural. Ejemplos recientes como el Mercado Medieval de Medellín o las actividades programadas en Carbajosa de la Sagrada incluyen demostraciones y talleres que permiten observar de cerca a estas aves e informarse sobre las amenazas que enfrentan.
En otros puntos de la geografía, las restricciones temporales a actividades como la escalada en zonas de cría muestran el compromiso creciente por proteger los periodos más delicados de las especies amenazadas, como es el caso del halcón mostacho en Cataluña durante su temporada reproductora.
Estas experiencias, sumadas a los proyectos científicos y a la revisión de políticas históricas, reflejan que la conservación de las aves rapaces no solo depende de la intervención técnica, sino también de la concienciación y la participación social. La colaboración entre entidades públicas y privadas es fundamental para garantizar que estas especies sigan formando parte de nuestros cielos, siendo actores clave en el mantenimiento del equilibrio ecológico y en el legado natural que debemos preservar.