La transición hacia un modelo energético basado en fuentes renovables ha cobrado una importancia crucial en el marco de la Agenda 2030. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por las Naciones Unidas destacan la necesidad de cambiar radicalmente la forma en que generamos y consumimos energía. Este proceso no solo busca frenar los impactos del cambio climático, sino también garantizar un acceso universal a una energía asequible, segura y ecológica.
En la actualidad, el uso de combustibles fósiles sigue predominando en la generación energética global. Sin embargo, las energías renovables están ganando terreno, gracias a avances tecnológicos, caídas en los costes de producción y un compromiso cada vez mayor por parte de gobiernos, empresas y ciudadanos. A continuación, exploraremos cómo se están implementando estas iniciativas y los beneficios de este cambio estructural.
¿Qué es la sostenibilidad energética y por qué es esencial?
La sostenibilidad energética se refiere a la capacidad de equilibrar tres aspectos clave: seguridad en el suministro de energía, accesibilidad económica y mínima repercusión ambiental. Este concepto, conocido como el “trilema energético”, es uno de los pilares de la Agenda 2030.
A pesar de los progresos realizados, todavía existe un amplio margen de mejora. Según la ONU, alrededor del 13% de la población mundial sigue sin acceso a la electricidad. La mayoría de estas personas viven en zonas rurales donde los desafíos logísticos y económicos dificultan el desarrollo de infraestructuras energéticas.
Uno de los principales objetivos es lograr que toda la población tenga acceso a una fuente de energía moderna y sostenible para 2030. Sin embargo, se estima que todavía habrá 600 millones de personas sin acceso a la electricidad para esa fecha si no se acelera el ritmo de las iniciativas globales.
Las energías renovables como eje central del cambio
Las fuentes de energía renovable, como la solar, eólica, hidráulica y geotérmica, desempeñan un papel fundamental en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Estas fuentes de energía limpia no solo son más respetuosas con el medio ambiente, sino que también ayudan a diversificar las economías y reducir la dependencia de los países hacia los combustibles fósiles importados.
Según el informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el 90% de la producción eléctrica global podría generarse a partir de fuentes renovables para 2050 si se invierten los recursos necesarios. Actualmente, estas fuentes abastecen el 29% de la electricidad global, una cifra que continúa en aumento.
Además, los avances tecnológicos han logrado reducir considerablemente los costes asociados a la generación de energías renovables. Por ejemplo, el coste de la energía solar disminuyó un 85% entre 2010 y 2020, mientras que la energía eólica terrestre y marina experimentaron caídas del 56% y 48%, respectivamente.
Beneficios adicionales de las energías renovables
El paso hacia un modelo energético renovable tiene repercusiones positivas en muchos ámbitos:
- Salud pública: El cambio hacia energías limpias ayuda a reducir la contaminación del aire, lo que a su vez disminuye las enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
- Creación de empleo: Se estima que la transición energética generará millones de nuevos puestos de trabajo, especialmente en sectores como la instalación de paneles solares, la fabricación de aerogeneradores y la investigación en tecnologías limpias.
- Eficiencia económica: Las energías renovables disminuyen los costes de producción a largo plazo, ya que no dependen de las fluctuaciones en los precios del petróleo, el gas o el carbón.
Cómo la Agenda 2030 impulsa la sostenibilidad energética
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS 7, ponen el foco en garantizar energía asequible y sostenible para todos. Este objetivo también incluye fomentar la eficiencia energética y aumentar la proporción de energía renovable en el mix energético.
En la Unión Europea, diversas políticas, como el Pacto Verde, buscan alcanzar la neutralidad climática para 2050. En España, las energías renovables ya representan el 50,3% de la generación eléctrica, un avance significativo que demuestra el compromiso del país con la sostenibilidad.
Con el apoyo coordinado de gobiernos, empresas y ciudadanos, la transición hacia un modelo energético limpio no solo es posible, sino también económicamente viable y socialmente necesaria. Los esfuerzos conjuntos en investigación, financiación y promoción de las energías renovables serán claves para alcanzar los objetivos marcados y garantizar un planeta más saludable y habitable para las generaciones futuras.