Andalucía apuesta por el agua regenerada: inversión, innovación y retos en la gestión hídrica

  • Andalucía impulsa el uso de agua regenerada en la agricultura con el Plan Parra e iniciativas europeas.
  • El sector agrícola dispone de una inversión histórica de 165 millones de euros para nuevas obras de riego.
  • Proyectos como I-ReWater y el desarrollo tecnológico buscan validar la calidad y eficiencia del agua regenerada.
  • La aceptación social crece, aunque aún existen recelos para determinados usos domésticos.

Agua regenerada: innovación en la gestión hídrica

La búsqueda de soluciones sostenibles para el abastecimiento de agua se ha convertido en una prioridad en regiones como Andalucía, donde la escasez hídrica marca la agenda política y social. El agua regenerada, es decir, aquella que ha sido sometida a procesos de depuración avanzados para su reutilización, se perfila como un recurso clave para aliviar la presión sobre los acuíferos y garantizar un suministro estable en agricultura y otros sectores estratégicos.

En este contexto, la Junta de Andalucía ha tomado la delantera a nivel nacional en la apuesta por el uso de agua regenerada, sustentando sus iniciativas en una inversión histórica y en proyectos colaborativos a escala tanto autonómica como europea, todo ello acompañado de estrategias para fomentar la aceptación social y la gestión eficiente.

165 millones para transformar el riego agrícola con agua regenerada

Uno de los grandes hitos de la región es la puesta en marcha del Plan Parra, una ambiciosa estrategia que destina 165 millones de euros a la promoción del uso de aguas regeneradas en el riego agrícola. Este programa ha recibido propuestas de hasta cuarenta comunidades de regantes ubicadas en todas las principales cuencas de Andalucía, sumando un valor total de obras que alcanza los 176 millones de euros.

El objetivo es ofrecer a los agricultores nuevos recursos hídricos para que puedan mantener la productividad de sus cultivos sin depender exclusivamente de fuentes convencionales, que se encuentran cada vez más sometidas a la presión climática y la sobreexplotación.

El consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, ha destacado la importancia de esta medida, subrayando el reto de lograr un sector agrícola «rentable y sostenible». La administración también refuerza el apoyo con subvenciones a las comunidades de regantes para modernizar los sistemas de riego y optimizar la eficiencia en el uso del agua.

Innovación y proyectos piloto: Andalucía, laboratorio europeo del agua regenerada

Andalucía no solo apuesta por la inversión, sino que también participa activamente en iniciativas de innovación. En este sentido, destaca el proyecto europeo I-ReWater, cuya finalidad es desarrollar y testar fórmulas para una gestión sostenible de los recursos hídricos en la agricultura de regadío.

Enmarcado en la normativa y avances tecnológicos en España, I-ReWater cuenta con la colaboración de 16 entidades de España, Andorra, Portugal y Francia, y tiene un presupuesto superior a 2,2 millones de euros, cofinanciado mayoritariamente por fondos europeos FEDER.

El proyecto se centra en el desarrollo de quince ensayos piloto en parcelas agrícolas, abarcando diversos cultivos –sandía, lúpulo, vid, almendra, tomate o aceituna de mesa–. Para ello, el agua residual se toma, trata y somete a estrictos controles de calidad a través de tecnologías como humedales artificiales, ultrasonido, filtrado de arena y malla. Los resultados iniciales apuntan a que la calidad del agua regenerada cumple con los estándares europeos para el riego agrícola.

En Carrión de los Céspedes (Sevilla), se localizan dos de las parcelas piloto más representativas, donde se monitorizan factores como el estado del suelo, el rendimiento de los cultivos o el consumo de agua mediante sensores avanzados. Estos experimentos permiten validar la viabilidad del agua regenerada y documentar su impacto a lo largo de varias campañas de producción.

Retos sociales y percepción ciudadana ante el agua regenerada

Más allá de los avances técnicos y la inversión, uno de los grandes desafíos es la aceptación social del agua regenerada. En Andalucía, la conciencia sobre el valor de este recurso es alta, motivada por años de sequía y la presión sobre los acuíferos. Según recientes estudios, siete de cada diez andaluces se muestran dispuestos a utilizar agua reutilizada para determinados fines, especialmente en agricultura, riego de jardines o limpieza.

No obstante, persisten ciertos recelos en usos domésticos: mientras que la ciudadanía respalda su uso en el saneamiento, riego o limpieza industrial, la aceptación disminuye al destinarla a la ducha, la cocina o el consumo directo. Tan solo cuatro de cada diez personas lo consideran válido para preparar alimentos, y apenas una cuarta parte estaría dispuesta a consumirla como agua potable.

Para 2027, la Junta de Andalucía prevé que un 6% del agua empleada en la región sea regenerada, en consonancia con la normativa europea y los objetivos de sostenibilidad fijados para las regiones mediterráneas.

Tecnología y soluciones adaptadas para una gestión eficiente

El desarrollo y adaptación de infraestructuras es otro pilar fundamental para el éxito del agua regenerada. Empresas como Saint-Gobain PAM están innovando con el lanzamiento de canalizaciones específicas como la tubería PAM URBITAL C25, diseñada para soportar las exigencias del riego agrícola con este tipo de agua. Estas soluciones técnicas incorporan materiales resistentes, revestimientos avanzados y acabados diferenciados que mejoran la identificación y la eficiencia en el transporte del recurso.

El transporte y la distribución del agua regenerada requieren proyectos de modernización tanto en las estaciones depuradoras como en las redes de distribución, donde la instalación de hidrantes especializados, sensores y sistemas de control ayudan a minimizar pérdidas y a gestionar de forma más inteligente el ciclo del agua.

Este enfoque se complementa con programas europeos, como el Proyecto de Transición Digital y Mejora en la eficiencia del ciclo del agua de Terrassa, que aunque localizado fuera de Andalucía, sirve como ejemplo de integración tecnológica y sostenibilidad en la gestión hídrica urbana y agrícola.

La tendencia en Andalucía es clara: el agua regenerada se integra progresivamente en la planificación hídrica, con inversiones, ensayos científicos y campañas de concienciación. A pesar de que aún quedan retos culturales y técnicos por superar, la comunidad continúa apostando por soluciones innovadoras para garantizar el futuro del agua y potenciar una economía circular en el uso de recursos hídricos.

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