Según Achim Steiner, ex director ejecutivo del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), España habría sido líder mundial en energías renovables si no le hubiese afectado la crisis económica de 2008. Con sus numerosas horas de sol y un clima seco, el país está en una posición envidiable para aprovechar la energía solar. Además, el relieve montañoso y una ubicación privilegiada facilitan la instalación de parques eólicos que optimizan el potencial del viento.
Achim Steiner, en sus últimas declaraciones antes de dejar el PNUMA, mencionó que cerca del 40% de la energía producida en España proviene de fuentes renovables, un dato que refleja el esfuerzo del país y lo coloca en la misma liga que Portugal y Dinamarca. Para Steiner, España tiene todas las condiciones para liderar la transición energética mundial, aunque las políticas y la falta de inversión han retrasado este liderazgo.
El auge de las energías renovables: España en el contexto internacional
Hoy en día, entre el 40% y el 50% de las inversiones energéticas realizadas por países desarrollados y en vías de desarrollo están destinadas a energías renovables, como la solar, eólica, geotérmica e hidráulica. El impulso hacia fuentes limpias no solo responde a una necesidad ambiental, sino que se ha convertido en un motor económico mundial.
España, en particular, se ha destacado por su firme apuesta por las renovables. Su capacidad instalada de energía solar fotovoltaica y eólica continúa creciendo a un ritmo impresionante. Además, el país sigue escalando posiciones en el Índice RECAI de atractivo para inversiones en energía renovable, situándose en el octavo lugar a nivel global en 2023, según las últimas actualizaciones.
Según el informe Global Electricity Review 2024, España se encuentra entre los diez países más importantes en generación de energía solar y eólica, consolidando su compromiso con la energía sostenible. La producción eólica es responsable del 23.5% del mix energético del país, mientras que la solar ha crecido notablemente, representando el 14% del total, cifras que siguen aumentando cada año.
Factores cruciales: El clima, la geografía y las políticas energéticas
El clima y la geografía de España juegan a su favor en la producción de energías renovables. El país disfruta de más de 2,500 horas de sol al año y fuertes vientos en zonas como el Estrecho de Gibraltar. Sin embargo, además de los factores naturales, es la política energética la que puede determinar su éxito a largo plazo.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece metas ambiciosas para que el 74% de la generación eléctrica en 2030 sea de origen renovable. No solo se busca combatir la emergencia climática, sino también lograr una mayor independencia energética. Este plan también contempla la creación de un mercado de almacenamiento de energía a gran escala en los próximos años, fundamental para gestionar la intermitencia de las fuentes renovables y optimizar su uso.
La infraestructura de la red eléctrica en España se ha actualizado de manera continua para soportar la creciente demanda y la incorporación de energías renovables. Las interconexiones con otros países europeos permiten exportar el excedente de energía limpia, lo que posiciona al país como uno de los principales exportadores de energía renovable de la región.
Desafíos estructurales: Infraestructura y almacenamiento de energía
A pesar de los avances, no todo es positivo. La infraestructura eléctrica actual aún enfrenta desafíos, como la congestión en ciertas regiones, especialmente en el sur, donde la producción solar es más elevada pero la infraestructura de transmisión está colapsada. Este problema ha generado que muchos proyectos de energía renovable queden estancados, a la espera de mejoras en las redes de transporte.
El almacenamiento de energía es otro asunto clave. Según el informe de REN21, los sistemas de almacenamiento en baterías (BESS) son esenciales para afrontar los problemas de congestión y garantizar que la energía generada pueda distribuirse de manera eficiente y utilizada cuando más se necesita. En España, se espera que para 2030 la capacidad de almacenamiento se cuadriplique, lo que permitirá una mayor flexibilidad en el sistema eléctrico y reducirá la dependencia de fuentes de generación convencional.
El potencial de las energías renovables en África y otros países en desarrollo
Una de las grandes esperanzas de Steiner es que los países en desarrollo, como las naciones africanas, también puedan beneficiarse de las energías renovables. El acceso a fuentes de energía limpia ha permitido que muchas regiones de África tengan acceso a electricidad por primera vez. Países como Kenia, que cuenta con grandes reservas de energías renovables, están viendo cómo las inversiones en energía solar y eólica están transformando sus economías.
“No se sostiene el argumento de que los países pobres no pueden invertir en energías renovables. La realidad es cambiante, con independencia de que seas un país desarrollado o en desarrollo”, aseguró Steiner.
A pesar de que Kenia ha descubierto recientemente yacimientos de petróleo, Steiner confía en que el país seguirá apostando por las renovables en lugar de depender de nuevos recursos fósiles.
El papel de España en la lucha contra el cambio climático
España, al igual que muchos otros países europeos, se enfrenta a presiones tanto internas como externas para adoptar medidas más rápidas y efectivas contra el cambio climático. El Pacto Verde Europeo ha sido uno de los principales motores de las políticas energéticas en España, que ha permitido la aceleración de proyectos renovables en el país. Sin embargo, para cumplir con los objetivos de la COP28, España debe acelerar el desarrollo de sus infraestructuras y superar los cuellos de botella que todavía enfrenta.
En 2023, las tecnologías solares y eólicas en España generaron más del 50% de la electricidad en momentos puntuales, lo que pone en evidencia su potencial para convertirse en un líder mundial. Para liderar la transición energética, España necesita abordar temas clave como el almacenamiento, la modernización de su red eléctrica y la implementación de políticas energéticas más coordinadas y a largo plazo.
El panorama global de las energías renovables está en constante cambio, y España tiene una oportunidad única para consolidar su posición como una de las principales naciones en la producción de energía limpia, no solo a nivel regional, sino también mundial.