La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha señalado que los cinco años entre 2011 y 2015 fueron los más calurosos desde que se empezaron a registrar las temperaturas globales. Este informe, que fue publicado durante las charlas para el cambio climático celebradas en Marruecos, enlaza directamente las actividades humanas con el incremento de las temperaturas.
Los estudios revelan que el uso de combustibles fósiles ha incrementado hasta diez veces la probabilidad de que ocurran olas de calor extremo. Según el reporte, el año 2016 rompería un nuevo récord, consolidando una tendencia alarmante en el calentamiento global.
Temperaturas globales más altas desde 2011
El informe global de la OMM entre 2011 y 2015 determinó que la temperatura media global fue de 0,57 grados centígrados por encima de la media histórica (el periodo de referencia es de 1961 a 1990). Esto significa que, exceptuando el continente africano, todos los continentes experimentaron el periodo quinquenal más caluroso jamás registrado. En Europa, las temperaturas fueron más de 1 grado superiores a la media histórica.
El aumento de las temperaturas está vinculado al incremento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera. En 2015, las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) llegaron a las 400 partes por millón (ppm), y entre los años 2011 y 2015, estas concentraciones crecieron entre 1,9 ppm y 2,99 ppm por año. Esta tendencia no solo afectó a las temperaturas, sino que también incidió significativamente en los eventos meteorológicos extremos.
Impactos del cambio climático en distintos eventos críticos
El cambio climático no solo ha traído consigo el aumento de las temperaturas, sino que también ha intensificado eventos extremos en varias partes del mundo. Entre los casos más graves se encuentra la sequía en África oriental entre 2010 y 2011, que provocó una crisis humanitaria y la muerte de más de 258.000 personas.
Las temperaturas extremas y la sequía también causaron pérdida de cultivos, aumento de la desnutrición y desplazamientos masivos de población. Estos patrones climáticos extremos se han repetido en otras regiones, donde se han registrado lluvias torrenciales o sequías prolongadas.
Surgimiento de olas de calor y fenómenos climáticos
A medida que las temperaturas globales siguen en aumento, los registros muestran que las olas de calor se han vuelto cada vez más frecuentes e intensas. Entre 2011 y 2015, varios países de Europa experimentaron veranos en los que las temperaturas fueron mayores a lo visto en décadas anteriores. En Francia, por ejemplo, se registraron temperaturas superiores a los 40 °C, lo que hizo que el país sufriera una de las olas de calor más extremas de su historia.
El aumento en la frecuencia y duración de estos eventos de calor es una clara señal de que el cambio climático está afectando de manera acelerada. La OMM también pronosticó que las olas de calor seguirían incrementándose en los años siguientes, lo que incrementa el riesgo de otros fenómenos climáticos adversos, como incendios forestales, golpes de calor y pérdidas masivas de cultivos.
El impacto del cambio climático en la salud humana
El aumento de las temperaturas no solo afecta al ecosistema, sino que también tiene un impacto directo sobre la salud humana, especialmente en las personas más vulnerables. Las olas de calor han sido responsables de un incremento en las muertes relacionadas con problemas respiratorios y golpes de calor.
Según los datos de The Lancet, la mortalidad vinculada al calor entre adultos mayores de 65 años se ha duplicado en las últimas dos décadas. Además, se espera que, si no se toman medidas drásticas para mitigar el cambio climático, esta tendencia continúe en ascenso.
El informe de la OMM resalta que, de no reducirse las emisiones de gases de efecto invernadero, ciudades y regiones expuestas a climas cálidos experimentarán un incremento en las tasas de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y otras relacionadas con el aumento de las temperaturas. La escasez de agua, los incendios forestales y las sequías prolongadas también agravan la situación en términos de salud pública.
La elevación de los niveles de CO2 y sus consecuencias
El aumento de las concentraciones de CO2 en la atmósfera es una de las principales causas del calentamiento global. Como se mencionó anteriormente, los niveles de CO2 alcanzaron las 400 ppm en 2015, un récord histórico. Este aumento ha tenido consecuencias devastadoras para el clima y el medio ambiente, acelerando el derretimiento de los glaciares, la elevación del nivel del mar y alterando los patrones de precipitaciones.
El CO2 no solo está asociado al aumento de la temperatura, sino también a la acidificación de los océanos, lo que compromete la fauna y flora marina. Este fenómeno afecta particularmente a especies fundamentales para diversas cadenas tróficas, como los corales y peces.
Los récords mundiales de temperatura y su impacto político
El cambio climático ha sido un tema crucial en la agenda política global en los últimos años. Desde los acuerdos internacionales como el Acuerdo de París, hasta los debates en cumbres climáticas internacionales, los líderes del mundo han reconocido la gravedad del problema.
Los récords mundiales de temperatura y los desastres asociados han sido un catalizador para las acciones políticas. Sin embargo, estudios recientes han señalado que las metas fijadas por el Acuerdo de París, que buscan limitar el aumento de la temperatura por debajo de 1,5 grados centígrados, están lejos de alcanzarse. De hecho, los informes más recientes aseguran que es probable que en la próxima década se superen con frecuencia esos 1,5 grados.
Así lo reflejan las predicciones recientes de la OMM, que señalan que entre 2024 y 2028, la temperatura global podría superarlo temporalmente, elevando las alarmas sobre fenómenos catastróficos.
El impacto del cambio climático es más que evidente, tanto en los ecosistemas como en la salud y la economía. Los cinco últimos años han marcado una tendencia de récords en las temperaturas globales y la amenaza sigue en auge. Las evidencias señalan que el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono, está acelerando el cambio climático con consecuencias impredecibles.