Son solo un grupo de unas 20 mujeres en una localidad rural llamada Santa Rita, pero han conseguido construir unos fogones ecológicos además de paneles solares con ayuda de capacitaciones de especialistas.
El objetivo de esto es reducir los efectos contaminantes que producen los combustibles fósiles y con ello, reducir también los gastos en sus hogares. En cuestión de salubridad, con estas construcciones se pueden evitar algunas enfermedades respiratorias que provienen del exceso de gases vertidos a la atmósfera.
Según dice Rosario Potosme, una pueblerina, los paneles solares han ayudado a la estabilidad del consumo de electricidad, ya que en el pasado fallaba mucho el suministro. Los paneles solares construidos tienen unos 15 vatios de potencia y ayudan a cargar dispositivos electrónicos pequeños ayudando a la reducción de un 15% del gasto en los hogares.
Por otro lado, gracias a la construcción de los fogones ecológicos se ha podido reducir el consumo de leña, ayudando a evitar enfermedades pulmonares a causa del exceso de humo. Estos fogones ecológicos son una especie de caja cerrada hecha de barro con un tubo de aluminio a un extremo para que el humo del fuego concentrado salga por arriba. Este proyecto está valorando en unos 40.000 dólares y es auspiciado por la Embajada de Alemania en Nicaragua.
Actualmente, en el mundo existen numerosos proyectos en pueblos pequeños y esparcidos de energías renovables. Sin embargo, Nicaragua solo está aprovechando el 10% de todo su potencial energético con energías renovables. Pero la aspiración de Nicaragua es conseguir transformar su matriz energética a fuentes renovables, más limpias y baratas. Este objetivo se puede conseguir gracias a la energía que se puede producir con el agua, el calor de los volcanes y el viento, que son abundantes en el país.
El gobierno de Nicaragua prevé que para el 2020 el 90% de la energía que se consume en el país provendrá de energías limpias.