Los cruceros de lujos son verdaderas ciudades flotantes con miles de pasajeros que generan una importante contaminación y gasto de energía.
La organización proteccionista denominada Oceana ha realizado una investigación cuantificando las consecuencias ambientales de los cruceros.
Ellos calcularon que un barco con 3000 turistas puede producir por pasajero cada día: 300 litros de aguas grises sucias y 40 litros de residuos cloacales, 10 litros de sentinas o líquidos del barco, 3,5 kg de basura y 30 gramos de residuos tóxicos.
Como conclusión hay que afirmar que cada crucero produce una importante cantidad de residuos y contaminación.
Pero lo más preocupante es que la legislación internacional actual es antigua y no se adapta a la actual realidad, ya que por ejemplo autoriza a los barcos a verter sus desechos orgánicos al mar siempre que estén a 4 millas de la costa cuando recibieron algún tipo de tratamiento y si no las aguas sucias a12 millas de la costa.
Otro aspecto que señala Oceana es que los cruceros consumen enormes cantidades de combustibles. Cada barco puede consumir el combustible de 12.000 automóviles pero además la calidad del fuel que se utiliza genera gran cantidad de emisiones de CO2 y azufre entre otros gases contaminantes.
El impacto ecológico de esta actividad turística es muy importante, las empresas que desarrollan esta actividad están comenzando a realizar algunas acciones para disminuir sus consecuencias ambientales pero son mínimas todavía.
Las autoridades internacionales deben modernizar y actualizar la legislación en cuanto a la actividad de los cruceros, determinar y establecer obligaciones ambientales y normas de cuidado y comportamiento ambiental en alta mar.
La actividad turística puede ser sustentable pero hay que incorporar tecnología y nuevos procesos para reducir los niveles de contaminación.
El mar y los océanos son de todos pero no pero no pueden ser usados como un gran vertedero de basura sin control.
FUENTE: Efe verde