Los camiones son capaces de producir mucha energía cinética.
Diversos especialistas de varios países del mundo se han dedicado a proponer opciones para obtener de nuestro entorno energías renovables que rompan con la dependencia con los combustibles fósiles y disminuyan la emisión de CO2 desacelerando así el cambio climático. Claro está deben ser proyectos viables y rentables.
Los estudios se centran en el aprovechamiento de la energía cinética (movimeinto humano o de vehículos), eólica o solar que se genera en las carreteras, autopistas, vías urbanas, areas portuarias y en supermercados. Según estos investigadores, con esta energía transformada en electricidad se podrían alumbrar las farolas, señales lumínicas y hasta sistemas de climatización, para crear carreteras más sostenibles.
Uno de llos, el ingeniero Peter Hughes (Inglaterra) creó una “Electro Kinetic Road Ramp”. Al pasar los coches sobre esta rampa, los paneles se mueven de arriba hacia abajo y este movimiento se envía a un motor que genera energía mecánica. Según Hughes cada rampa es capaz de generar 30 kw/h en condiciones normales de tráfico, con lo cual cuatro rampas darían energía a las farolas y los semáforos y otras señales luminosos ubicadas hasta una distancia de 1,5 km de largo. El precio de las rampas es de entre 24 mil y 66 mil euros, dependiendo de su tamaño y su capacidad para producir energía, se dice que se amortizarían en un máximo de 4 años.
El ingeniero inglés comercializa su invento a través de una empresa, creada para este fin, Energy Systems. El condado de Ealing, en Londres, un puerto y una red de sepermercados en Gloucester han realizado varias pruebas de las rampas desde 2009. Las plataformas están localizadas en el parking del centro comercial y por ahora generan electricidad para las cajas registradoras. En la zona portuaria la experiencia es más rentable porque los camiones al ser más pesados, producen mucha más energía que la que produce un coche. En España, dos emprendedores navarros crearon Eco Raec para distribuir las rampas de Hughes en la Península ibérica.
Fuente: Ecoticias